El camino elegido , sensiblemente más corto , era también muy solitario y , en consecuencia , teóricamente poco recomendable a aquellas horas de la noche . Por un momento me vino a la memoria el desagradable tropiezo con el ladrón , en la noche de << jueves santo >> . Y tuve que hacer acopio de fuerzas para proseguir .
Procurando esquivar los enormes cantos rodados que salpicaban el cruce del Cedrón , avancé algunos metros . Súbitamente << algo >> me paralizó . Eran gruñidos . Unos amenazadores gruñidos .... Inmóvil como una estatua pujé por perforar la negra torrentera . Pero las tinieblas eran tan densas que mis ojos se perdieron entre las rocas e isletas de maleza . De nuevo se hizo el silencio . Un negro silencio ...
Me revolví , escrutando inútilmente la zona sur delm desfiladero . El corazón , en máxima alerta , bombeaba fuerte . Y una inconfundible sensación de miedo erizó mis cabellos .
Por segunga vez - ahora a mi espalda -, aquel gruñido disparó mi adrenalina , agarrotando mis músculños . Giré despacio . Lo que fuera se hallaba hacia el norte y , a juzgar por la intensidad del sonido , bastante más próximo .
Forcé la vista en un desesperado intento por localizar algún bulto o , cuando menos , el movimiento del ranaje . Fue inútil.
Con un incipiente temblor , deslicé mi mano derecha hacia lo alto de la << vara de Moisés >> , buscando uno de los clavos de cabeza de cobre . Si los gruñidos pertenecían a un animal salvaje , aquélla era una inmejorable ocasión para probar el dispositivo de defensa , incorporado a mi nuevo << equipo >>.
Pulsé el clavo ...
<< ¡ Maldición ! >>
No portaba las << crótalos >> . Sin las lentes especiales de contacto , la eficacia del sistema disminuía notablemente ....
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Procurando esquivar los enormes cantos rodados que salpicaban el cruce del Cedrón , avancé algunos metros . Súbitamente << algo >> me paralizó . Eran gruñidos . Unos amenazadores gruñidos .... Inmóvil como una estatua pujé por perforar la negra torrentera . Pero las tinieblas eran tan densas que mis ojos se perdieron entre las rocas e isletas de maleza . De nuevo se hizo el silencio . Un negro silencio ...
Me revolví , escrutando inútilmente la zona sur delm desfiladero . El corazón , en máxima alerta , bombeaba fuerte . Y una inconfundible sensación de miedo erizó mis cabellos .
Por segunga vez - ahora a mi espalda -, aquel gruñido disparó mi adrenalina , agarrotando mis músculños . Giré despacio . Lo que fuera se hallaba hacia el norte y , a juzgar por la intensidad del sonido , bastante más próximo .
Forcé la vista en un desesperado intento por localizar algún bulto o , cuando menos , el movimiento del ranaje . Fue inútil.
Con un incipiente temblor , deslicé mi mano derecha hacia lo alto de la << vara de Moisés >> , buscando uno de los clavos de cabeza de cobre . Si los gruñidos pertenecían a un animal salvaje , aquélla era una inmejorable ocasión para probar el dispositivo de defensa , incorporado a mi nuevo << equipo >>.
Pulsé el clavo ...
<< ¡ Maldición ! >>
No portaba las << crótalos >> . Sin las lentes especiales de contacto , la eficacia del sistema disminuía notablemente ....
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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