Mientras llenaba mis pulmones en un fatigoso intento por calmarme , un familiar ronroneo llegó hasta mis oidos . Era la diaria molienda del grano . Jerusalen despertaba . Y como una fatal confirmación , la repentina claridad del día cayó sobre la ciudad , haciendo reverberara los bruñidos y verdosos cascos de bronce de los legionarios .
Bregué con mi cerebro . Tenía que encontrar alguna buena disculpa . Pero ¿ cual ?
Los infantes se detuvieron . Y , cautelosamente , sin mediar palabra , me recorrieron con la vista . Al reconocer sus indumentarias de campaña me estremecí . No pude evitar una profunda emoción . Eran los primeros seres humanos con los que tropezaba en aquel nuevo y accidentado << salto >> .
Y el primer tañido de bronce de las trompetas del Templo , anunciando el amanecer , retumbó entre las murallas , agitandoel cielo azul con decenas de remolinos de palomas y el negro planear de las golondrinas .
Los levitas , desde lo alto del santuario , y siguiendo una ancestral costumbre , advertían a los habitantes de la Ciudad Santa que el sol estaba a punto de asomar por el azulado horizonte de los montes de Moab.
Eran las 05 horas y 42 minutos .
Mi sucio y desaguisado ropaje y el sudor que chorreaba por mis sienes , goteando por las barbas , no debió inspirar una excesiva confianza a los soldados . Y abriéndose hacia los lados , prosiguieron su avanca , apuntándome con las largas lanzas o pilum .
Los tres aparecían enfundados en sendas cotas , trenzadas a base de mallas de hierro y que portaban como una túnica corta ( hasta la mitad del Muslo ) . Estas corazas , muy flexibles y sólidas , descansaban sobre un jubón de cuero de idénticas dimensiones . Por último , el pesado atuendo se hallaba en contacto con una túnica roja , de mangas cortas ( hasta el codo ) y sobresaliendo diez o quince centímetros por debajo de la armadura , justo por encima de las rodillas .
Cuando se hallaban a tres metros , los legionarios situados en los flancos se detubieron por segunda vez . Y las brillantes puntas de flecha de sus pilum quedaron a un metro de mi vientre .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Bregué con mi cerebro . Tenía que encontrar alguna buena disculpa . Pero ¿ cual ?
Los infantes se detuvieron . Y , cautelosamente , sin mediar palabra , me recorrieron con la vista . Al reconocer sus indumentarias de campaña me estremecí . No pude evitar una profunda emoción . Eran los primeros seres humanos con los que tropezaba en aquel nuevo y accidentado << salto >> .
Y el primer tañido de bronce de las trompetas del Templo , anunciando el amanecer , retumbó entre las murallas , agitandoel cielo azul con decenas de remolinos de palomas y el negro planear de las golondrinas .
Los levitas , desde lo alto del santuario , y siguiendo una ancestral costumbre , advertían a los habitantes de la Ciudad Santa que el sol estaba a punto de asomar por el azulado horizonte de los montes de Moab.
Eran las 05 horas y 42 minutos .
Mi sucio y desaguisado ropaje y el sudor que chorreaba por mis sienes , goteando por las barbas , no debió inspirar una excesiva confianza a los soldados . Y abriéndose hacia los lados , prosiguieron su avanca , apuntándome con las largas lanzas o pilum .
Los tres aparecían enfundados en sendas cotas , trenzadas a base de mallas de hierro y que portaban como una túnica corta ( hasta la mitad del Muslo ) . Estas corazas , muy flexibles y sólidas , descansaban sobre un jubón de cuero de idénticas dimensiones . Por último , el pesado atuendo se hallaba en contacto con una túnica roja , de mangas cortas ( hasta el codo ) y sobresaliendo diez o quince centímetros por debajo de la armadura , justo por encima de las rodillas .
Cuando se hallaban a tres metros , los legionarios situados en los flancos se detubieron por segunda vez . Y las brillantes puntas de flecha de sus pilum quedaron a un metro de mi vientre .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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