Por último , en un cesto de mimbre de regular tamaño aparecieron varios rollos de tela , una rígida y ennegrecida esponja , un frasquito de vidrio con un líquido color << coñac >> - posiblemente nardo - y una bolsa de cuero de unos 20 centímetros , delicadamente cerrada con un pasador o fíbula de bronce en forma de arco . La curiosidad pudo más que yo . Presioné su interior , percibiendo << algo >> duro y alargado . Desenganché el << inperdible >> , y presa de gran excitación , extraje su contenido . ¡ Era una llave ! Una de aquellas curiosas llaves , utilizadas por los judíos para puertas y arcones . Disponía de un mango de madera y un cuerpo - en bronce - , doblado en forma de << L >> , con cinco dientes , largos y paralelos , en el extremo.
No pude por menos que sonreir . Aquel símbolo , depositado sobre un difunto , representaba su soltería o celibato . A veces , en lugar de una llave , dejaban también una pluma . Y si se trataba de una novia , ésta tenía derecho - así lo filaba la Ley - a un palio .
La delicadeza de las mujeres hacia su querido rabí me conmovió .
Ya no había duda . Las fieles seguidoras del Maestro habían estado allí . Transmití al módulo mi descubrimiento , añadiendo que las sacas parecían abandonadas . Obviamente no habían sido utilizadas . Pero ¿ por qué ? ¿ Qué extraño acontecimiento había empujado a las israelitas a suspender el lavado y embalsamiento del crucificado ?
La respuesta - yo lo sabía - sólo podía estar allí : en el fondo de la cueva sepulcral .
Me puse en pie y , sintiendo cómo mis piernas flaqueban , dirigí la mirada hacia la << boca >< de la cripta ...
¿ Por qué dudaba ? No podía comprenderlo . Yo había visto el sepulcro vacío ... Sin embargo , mi espíritu racional y científico se resistía a admitir su vuelta a la vida . A pesar de haberle conocido , de su irresistible personalidad , de su poder y de sus propias palabras - anunciando su resurrección -, a pesar de todo ello , seguía dudando ...
<< No es posible - me repetía machaconamente -. No es posible ... >>
Pero , paso a paso , fui salvando los 2,20 metros que separaban aquel último peldaño de la fachada del panteón.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
No pude por menos que sonreir . Aquel símbolo , depositado sobre un difunto , representaba su soltería o celibato . A veces , en lugar de una llave , dejaban también una pluma . Y si se trataba de una novia , ésta tenía derecho - así lo filaba la Ley - a un palio .
La delicadeza de las mujeres hacia su querido rabí me conmovió .
Ya no había duda . Las fieles seguidoras del Maestro habían estado allí . Transmití al módulo mi descubrimiento , añadiendo que las sacas parecían abandonadas . Obviamente no habían sido utilizadas . Pero ¿ por qué ? ¿ Qué extraño acontecimiento había empujado a las israelitas a suspender el lavado y embalsamiento del crucificado ?
La respuesta - yo lo sabía - sólo podía estar allí : en el fondo de la cueva sepulcral .
Me puse en pie y , sintiendo cómo mis piernas flaqueban , dirigí la mirada hacia la << boca >< de la cripta ...
¿ Por qué dudaba ? No podía comprenderlo . Yo había visto el sepulcro vacío ... Sin embargo , mi espíritu racional y científico se resistía a admitir su vuelta a la vida . A pesar de haberle conocido , de su irresistible personalidad , de su poder y de sus propias palabras - anunciando su resurrección -, a pesar de todo ello , seguía dudando ...
<< No es posible - me repetía machaconamente -. No es posible ... >>
Pero , paso a paso , fui salvando los 2,20 metros que separaban aquel último peldaño de la fachada del panteón.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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