La previsible impugnación de José no llegó a ser formulada . Un lejano vocerío nos hizo girar las cabezas hacia el final de las escalinatas . David interrogó con la mirada al sanedrita . Pero éste , encogiendose de hombros , consultó al hortelano . Ninguno sabía de qué se trataba .
Ascendieron los peldaños cautelosamente y , una vez arriba , se detuvieron . Me apresuré a seguirles . Esparcidos entre los árboles - juraría que desplegados en orden de combate - se aproximaba una veintena de hombres . Vestían de forma muy distinta . Cinco o seis , con lagas túnicas verdes que rozaban el suelo arcilloso y << camisas >> de escamas metálicas hasta la mitad del muslo . Se tocaban con cascos bruñidos y cupuliformes y portaban sendos arcos de doble curvatura . Avanzaban en el centro de la formación y uno de ellos - quizá el jefe - lo hacía ligeramente adelantado y con una tea encendida en su mano izquierda .
Otros se cubrían con ropones amarillos , idénticos a los que habían quedado en tierra . Reconocí en sus siniestras y enre las fajas algunos de aquellos largos y temibles bastones claveteados . El resto , al menos de los que caminaban en primera línea , vestía unas curiosas prendas - parecidas a nuestras camisetas -, de un recio paño y cortas mangas , todas de idéntico color pardo - canela . Sobre una menguada túnica del mismo tinte - quizá se tratase de una única pieza - ceñían la cintura con una ancha faja de cuero reluciente , de unos treinta centímetros , y dividida en tres bandas , con todas las caracterísicas de una coraza abdominal . Sus cabezas aparecían cubiertas con unos turbantes de igual tono que las vestiduras . Uno de los colgantes de aquel simulacro de casco caía sobre la oreja derecha , con largos flecos que descansaban sobre la clavícula . Una lanza de madera de más de dos metros y punta de hierro triangular y un espeso escudo ovalado , también de madera de sicómoro ( capaz de resistir a los gusanos ) , completaban el armamento . La estampa de aquellos guardias del Templo - porque de eso se trataba - trajo a mi memoria el detalle de uno de los relieves descubiertos en el palacio de Sanaquerib . en Nínive , en el que se representaba la conquista de la ciudad judía de Lakís , en el 701 antes de Cristo.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Ascendieron los peldaños cautelosamente y , una vez arriba , se detuvieron . Me apresuré a seguirles . Esparcidos entre los árboles - juraría que desplegados en orden de combate - se aproximaba una veintena de hombres . Vestían de forma muy distinta . Cinco o seis , con lagas túnicas verdes que rozaban el suelo arcilloso y << camisas >> de escamas metálicas hasta la mitad del muslo . Se tocaban con cascos bruñidos y cupuliformes y portaban sendos arcos de doble curvatura . Avanzaban en el centro de la formación y uno de ellos - quizá el jefe - lo hacía ligeramente adelantado y con una tea encendida en su mano izquierda .
Otros se cubrían con ropones amarillos , idénticos a los que habían quedado en tierra . Reconocí en sus siniestras y enre las fajas algunos de aquellos largos y temibles bastones claveteados . El resto , al menos de los que caminaban en primera línea , vestía unas curiosas prendas - parecidas a nuestras camisetas -, de un recio paño y cortas mangas , todas de idéntico color pardo - canela . Sobre una menguada túnica del mismo tinte - quizá se tratase de una única pieza - ceñían la cintura con una ancha faja de cuero reluciente , de unos treinta centímetros , y dividida en tres bandas , con todas las caracterísicas de una coraza abdominal . Sus cabezas aparecían cubiertas con unos turbantes de igual tono que las vestiduras . Uno de los colgantes de aquel simulacro de casco caía sobre la oreja derecha , con largos flecos que descansaban sobre la clavícula . Una lanza de madera de más de dos metros y punta de hierro triangular y un espeso escudo ovalado , también de madera de sicómoro ( capaz de resistir a los gusanos ) , completaban el armamento . La estampa de aquellos guardias del Templo - porque de eso se trataba - trajo a mi memoria el detalle de uno de los relieves descubiertos en el palacio de Sanaquerib . en Nínive , en el que se representaba la conquista de la ciudad judía de Lakís , en el 701 antes de Cristo.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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