La claridad de la mañana moría oblicuamente en el interior , a un par de cuartas del umbral de aquella boca cuadrada de noventa escasos centímetros de lado . Eché de monos una antorcha . Y el miedo volvió a tentarme . ¿ Entraba ?
<< Era preciso - me dije a mi mismo - Tengo que estar seguro . Necesito comprobarlo una vez más . >>
Bsesionado por esta idea , no me di cuenta entonces de la ausencia de los sellos del procurador . Tras el sobrecogedor corrimiento de las piedras que taponaban la tumba , habían quedado esparcidos por el suelo del callejón.
Apoyé la << vara de Moisés >> contra la roca y , llenando los pulmones , me situé en cuclillas , lanzando una temerosa mirada hacia el fondo de la cripta . Pero las tinieblas imposibilitaban cualquier observación . No había más remedio que entrar , Cerré los ojos y , obligando a mis músculos a obedecer , me introduje de un golpe .
El pavor - más que miedo - me secó la garganta . Abrí los ojos y , durante algunos segundos , permanecí en la misma postura : de rodillas sobre el arisco y rocoso piso , peleando por dominar mis nervios y por distinguir algo en aquella cámara de 3 metros de lado por 1,70 de alto . Necesité varios minutos - interminables como siglos - para adivinar las formas de los capazos , repletos de escombros , y del pequeño pico situado en un rincón de la sepultura .
¿ Hacía frío o es que el terror había helado mis venas ?
Y lentamente , con la remota esperanza de que mis dedos tropezaran con el cuerpo del Maestro , extendí los brazos . Si no recordaba mal , el banco excavado en la piedra se hallaba a poco más de medio metro del suelo.
Entre temblores , las yemas chocaron con la pared y una convulsión lastimó mis entrañas .
Tanteé el muro . Fui alzando las manos y , al instante , percibí el filo . Me detuve .
<< ¡ Un poco más ... ! >>
Y en un arranque disparé los dedos hacia la oscuridad .
<< ¡ Dios mío! >>.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
<< Era preciso - me dije a mi mismo - Tengo que estar seguro . Necesito comprobarlo una vez más . >>
Bsesionado por esta idea , no me di cuenta entonces de la ausencia de los sellos del procurador . Tras el sobrecogedor corrimiento de las piedras que taponaban la tumba , habían quedado esparcidos por el suelo del callejón.
Apoyé la << vara de Moisés >> contra la roca y , llenando los pulmones , me situé en cuclillas , lanzando una temerosa mirada hacia el fondo de la cripta . Pero las tinieblas imposibilitaban cualquier observación . No había más remedio que entrar , Cerré los ojos y , obligando a mis músculos a obedecer , me introduje de un golpe .
El pavor - más que miedo - me secó la garganta . Abrí los ojos y , durante algunos segundos , permanecí en la misma postura : de rodillas sobre el arisco y rocoso piso , peleando por dominar mis nervios y por distinguir algo en aquella cámara de 3 metros de lado por 1,70 de alto . Necesité varios minutos - interminables como siglos - para adivinar las formas de los capazos , repletos de escombros , y del pequeño pico situado en un rincón de la sepultura .
¿ Hacía frío o es que el terror había helado mis venas ?
Y lentamente , con la remota esperanza de que mis dedos tropezaran con el cuerpo del Maestro , extendí los brazos . Si no recordaba mal , el banco excavado en la piedra se hallaba a poco más de medio metro del suelo.
Entre temblores , las yemas chocaron con la pared y una convulsión lastimó mis entrañas .
Tanteé el muro . Fui alzando las manos y , al instante , percibí el filo . Me detuve .
<< ¡ Un poco más ... ! >>
Y en un arranque disparé los dedos hacia la oscuridad .
<< ¡ Dios mío! >>.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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