Apremiado por el tiempo y sin el menor deseo de repetir mi anterior y agitada experiencia , tomé como referencia las altas torres de Marianne y Phasael , en el palacio herodiano , dirigiendo mis pasos hacia poniente , . Rodeé el barrio de las tintorerias y , tras unos momentos de duda , identifiqué la gran casona de Anás y el murete enrejado que cercaba el memorable patio de las negaciones de Pedro . Y a cosa de un minuto , al doblar una de las esquinas , se presentó ante mí la lujosa mansión de los Marcos .
Eliseo , con cierta premura , me recordó que faltaban dos horas y media para mi obligado regreso al módulo .
Avancé despacio , paseando la mirada por la sólida fachada de piedra trabajada , acarreada por los padres de Elías Marcos desde las canteras de Beth - Lerem , en una colina próxima a Técoa . Aquella mansión de dos plantas - de tan calidos recuerdos - parecía muerta . Silenciosa ... Me situé frente a la alta y pesada puerta de roble , contemplando y reconociendo la mezuza que adornaba su costado derecho : una fina tira de madera de sicomoro de 10 por 3 centímetros , empotrada enla jamba y en cuya superficie habían sido grabados a fuego los mandamientos de Dios . Todo judío respetuoso conla tradición ponía especial cuidado en tocar la mezuza con los dedos , llevándoselos des`pués a los labios cuando salia o retornaba a su hogar.
E inspirando profundamente empujé una de las hojas , que giró perezosa en sus goznes .
Salvé el corto vestíbulo y , al asomarme al espacioso patio a cielo abierto , distinguí al fondo algunas caras conocidas . El joven Juan Marcos , en cuclillas , observaba atentamente a uno de los sirvientes . Armado de un largo bastón , el criado batía con ímpetu un hinchado odre de piel de cabra que colgaba de un trípode de madera . Un segundo sirviente , arrodillado frente a los toscos maderos , sujetaba dos de ellos , procurando que los certeros bastonazos no los removiera del rojizo enladrillado . Era una ancestral y habitual fórmula entre los pueblos de Oriente a la hora de elaborar la mantequilla . El pellejo en cuestión se llenaba de leche agria - generalmente de cabra u oveja , ya que la de camella carece de nata - y , de acuerdo con las costumbres de cada región , golpeado o mecido , removiendo así el contenido .- ¡ Paz a los de esta casa !
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Eliseo , con cierta premura , me recordó que faltaban dos horas y media para mi obligado regreso al módulo .
Avancé despacio , paseando la mirada por la sólida fachada de piedra trabajada , acarreada por los padres de Elías Marcos desde las canteras de Beth - Lerem , en una colina próxima a Técoa . Aquella mansión de dos plantas - de tan calidos recuerdos - parecía muerta . Silenciosa ... Me situé frente a la alta y pesada puerta de roble , contemplando y reconociendo la mezuza que adornaba su costado derecho : una fina tira de madera de sicomoro de 10 por 3 centímetros , empotrada enla jamba y en cuya superficie habían sido grabados a fuego los mandamientos de Dios . Todo judío respetuoso conla tradición ponía especial cuidado en tocar la mezuza con los dedos , llevándoselos des`pués a los labios cuando salia o retornaba a su hogar.
E inspirando profundamente empujé una de las hojas , que giró perezosa en sus goznes .
Salvé el corto vestíbulo y , al asomarme al espacioso patio a cielo abierto , distinguí al fondo algunas caras conocidas . El joven Juan Marcos , en cuclillas , observaba atentamente a uno de los sirvientes . Armado de un largo bastón , el criado batía con ímpetu un hinchado odre de piel de cabra que colgaba de un trípode de madera . Un segundo sirviente , arrodillado frente a los toscos maderos , sujetaba dos de ellos , procurando que los certeros bastonazos no los removiera del rojizo enladrillado . Era una ancestral y habitual fórmula entre los pueblos de Oriente a la hora de elaborar la mantequilla . El pellejo en cuestión se llenaba de leche agria - generalmente de cabra u oveja , ya que la de camella carece de nata - y , de acuerdo con las costumbres de cada región , golpeado o mecido , removiendo así el contenido .- ¡ Paz a los de esta casa !
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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