Haciendo un esfuerzo - y respondiendo directamente a Pedro -, la Magdalena continuó :
- Su túnica y manto eran los de un hombre . Algo diferentes , sí , pero los de un hombre ....
- ¿ Por que ? - pregunté intrigado .
- No sabría explicartelo .
Paseó la mirada entre sus compañeras , como buscando apoyo .
- Eran de lino y lana . De eso casi estamos seguras. Pero sus colores .... Las ropas parecían nevadas .
Pedro soltó otra inoportuna y sonora carcajada . Pero , esta vez , María hizo como si no la hubiera oído .
- ¿ Brillantes , quieres decir ? - le animé .
La cabeza de la Magdalena osciló a derecha e izquierda , en señal de duda.
- No exactamente . Su brillo era mate . En un primer momento tuve la impresión de que sus vestidos se hallaban cubiertos de miles de pequeñisimos copos de nieve . Pero sé que eso es imposible ....
- Está bien . Continúa , por favor .
- Nos quedamos quietas . En silencio . Observaándole . Estaba a cierta distancia ...
- ¿ A cuanto ?
- No sé .... bajo los frutales .
eso quería decir a unos cuatro o cinco metros del filo de los escalones .
- Parecçía absorto en algo que había en el suelo . Creo recordar que eran unos mantos amarillos y unos bastones claveteados .
- ¿ Unos bastones ? - pregunté simulando extrañeza .
Pero las mujeres se encogieron de hombros . Evidentemente no conocían el por que de la presencia de aquellos objetos en las proximidades del sepulcro . Y guardé un prudencial silencio .
- Una de mis compañeras nos susurró algo sobre el jardinero de José . Pero no estábamos seguras . Era tan alto y fuerte como el hortelano , eso sí , pero pero vestía de forma muy diferente . Además , su rostro ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- Su túnica y manto eran los de un hombre . Algo diferentes , sí , pero los de un hombre ....
- ¿ Por que ? - pregunté intrigado .
- No sabría explicartelo .
Paseó la mirada entre sus compañeras , como buscando apoyo .
- Eran de lino y lana . De eso casi estamos seguras. Pero sus colores .... Las ropas parecían nevadas .
Pedro soltó otra inoportuna y sonora carcajada . Pero , esta vez , María hizo como si no la hubiera oído .
- ¿ Brillantes , quieres decir ? - le animé .
La cabeza de la Magdalena osciló a derecha e izquierda , en señal de duda.
- No exactamente . Su brillo era mate . En un primer momento tuve la impresión de que sus vestidos se hallaban cubiertos de miles de pequeñisimos copos de nieve . Pero sé que eso es imposible ....
- Está bien . Continúa , por favor .
- Nos quedamos quietas . En silencio . Observaándole . Estaba a cierta distancia ...
- ¿ A cuanto ?
- No sé .... bajo los frutales .
eso quería decir a unos cuatro o cinco metros del filo de los escalones .
- Parecçía absorto en algo que había en el suelo . Creo recordar que eran unos mantos amarillos y unos bastones claveteados .
- ¿ Unos bastones ? - pregunté simulando extrañeza .
Pero las mujeres se encogieron de hombros . Evidentemente no conocían el por que de la presencia de aquellos objetos en las proximidades del sepulcro . Y guardé un prudencial silencio .
- Una de mis compañeras nos susurró algo sobre el jardinero de José . Pero no estábamos seguras . Era tan alto y fuerte como el hortelano , eso sí , pero pero vestía de forma muy diferente . Además , su rostro ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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