Lo comprendí al momento . Aquellos hombres , con sus burlas y reproches , ni siquiera les habían dejado explicarse y narrar lo sucedido en su integridad . Y algo que yacía dormido en el corazón de Pedro despertó , obligándole a reaccionar . Se echó el manto por los hombros y , en otro de sus característicos arranques , salió de la estancia a la carrera .
Un segundo después , como movido por otro resorte , Juan Zebedeo le imitaba . Saltó del banco y corrió tras él .
Ninguno de los restantes discípulos movió un solo dedo . La incredulidad continuaba pintada en sus rostros .
No lo pensé dos veces . Tomé el cayado y , sin cruzar palabra alguna con los presentes , salvé la distancia que me separaba de la puerta , desapareciendo .
En mi mente se acumulaban aún muchas preguntas . El relato de la Magdalena no había hecho sino estimular mi curiosidad . Pero debía cumplir lo planeado por Caballo de Troya . Era inprescindible que estuviera cerca de Pedro y de Juan en el momento que descubrieran la demoledora realidad de la tumba vacía . ¿ Cómo reaccionarían ? ¿ Ocurririan los hechos como cuentan algunos de los escritores sagrados ?
En este aspecto , por lo que llevaba visto y oído , ni siquiera el fiable Juan había respetado el orden conológico de aquellos primeros sucesos . Es más : esa parte de su evangelio aparece trastocada . En el capítulo 20 , como es fácil comprobar , la famosa carrera hacia el sepulcro es intercalada antes de la aparición del rabí a María Magdalena . Leyendo al evangelista en cuestión , uno tiene la impresión que la de Magdala acudió a la tumba en solitario , sin las mujeres . Y que , nada más descubrir el sepulcro vacío , corrió a la ciudad , lo anunció a los discípulos y Pedro y Juan se precipitaron hacia la finca de José . Incomprensible.
Como ya he referido más de una vez , y como seguiré demostrando , la pulcritud de los evangelistas como historiadores y notarios de los hechos y dichos de Jesús de Nazaret deja mucho que desear...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Un segundo después , como movido por otro resorte , Juan Zebedeo le imitaba . Saltó del banco y corrió tras él .
Ninguno de los restantes discípulos movió un solo dedo . La incredulidad continuaba pintada en sus rostros .
No lo pensé dos veces . Tomé el cayado y , sin cruzar palabra alguna con los presentes , salvé la distancia que me separaba de la puerta , desapareciendo .
En mi mente se acumulaban aún muchas preguntas . El relato de la Magdalena no había hecho sino estimular mi curiosidad . Pero debía cumplir lo planeado por Caballo de Troya . Era inprescindible que estuviera cerca de Pedro y de Juan en el momento que descubrieran la demoledora realidad de la tumba vacía . ¿ Cómo reaccionarían ? ¿ Ocurririan los hechos como cuentan algunos de los escritores sagrados ?
En este aspecto , por lo que llevaba visto y oído , ni siquiera el fiable Juan había respetado el orden conológico de aquellos primeros sucesos . Es más : esa parte de su evangelio aparece trastocada . En el capítulo 20 , como es fácil comprobar , la famosa carrera hacia el sepulcro es intercalada antes de la aparición del rabí a María Magdalena . Leyendo al evangelista en cuestión , uno tiene la impresión que la de Magdala acudió a la tumba en solitario , sin las mujeres . Y que , nada más descubrir el sepulcro vacío , corrió a la ciudad , lo anunció a los discípulos y Pedro y Juan se precipitaron hacia la finca de José . Incomprensible.
Como ya he referido más de una vez , y como seguiré demostrando , la pulcritud de los evangelistas como historiadores y notarios de los hechos y dichos de Jesús de Nazaret deja mucho que desear...
Autor : J.J.Benitez
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Antonio Martinez
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