Pero , cuando todo parecía inclinarse a favor del Nazareno , el patio existente entre las escalinatas y el portalón de la muralla se vió súbitamente invadido por cientos de judíos . Irrumpieron tranquila y silenciosamente , con un grupo de soldados romanos a la cabeza .
Tal y como me había advertido el anciano de Arimatea , aquella muchedumbre había acudido hasta la casa del gobernador , deseosa de asistir al indulto de un reo . Y es de gran importancia resaltar que , en el momento en que dicha masa humana llegó frente a la residencia de Poncio - previa autorización de la guardia -, ninguno de aquellos israelitas sabía lo que estaba ocurriendo . Fue allí , a la vista de Jesús y de los sacerdotes , donde se dejaron arrastrar por la hábil y oportuna intervención de Caifás y los saduceos . Si el juicio contra Jesús se hubiera producido en otro momento o en otra jornada , sin la presencia de aquella turba , es posible quen el Sanedrín no se hubiera salido con la suya .
Pilato sabía de la llegada de aquel gentío . De hecho , la colocación de la tarima y de la silla sobre el embaldosado de la terraza obedecían única y exclusivamente a la ceremonia de la tradicional amnistia . Pero poncio , dejándose llevar de su buena fe , cometió un grave error . Tras evacuar una serie de consultas con sus centuriones se levantó de la silla y , elevando la voz , preguntó a la multitud el nombre del preso elegido .
<< ¡ Barrabás ! >> , respondió el pueblo como un solo hombre .
Hasta ese momento , ni Pilato ni los jueces habían pronunciado el nombre de Jesús . Aquello significaba , tal y como suponía , que los hebreos habían llegado hasta el pretorio con la intención premeditada de solicitar la liberación del terrorista y así lo manifestaron antes de que el procurador les pidiera silencio y les explicara cómo los sacerdotes habían llevado a Jesús a su presencia y de qué le acusaban . En suma : aquel gentío - aun no estando presente el rabí de Galilea - hubiera clamado por Barrabás , el << zelota >> . Pero como ya anuncié , la oportuna intervención de Caifás y sus secuaces y el oro que había sido repartido entre un puñado de judíos , mezclado extratégicamente entre aquella multitud , terminaron por inclinar la balanza hacia el Sanedrín
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Tal y como me había advertido el anciano de Arimatea , aquella muchedumbre había acudido hasta la casa del gobernador , deseosa de asistir al indulto de un reo . Y es de gran importancia resaltar que , en el momento en que dicha masa humana llegó frente a la residencia de Poncio - previa autorización de la guardia -, ninguno de aquellos israelitas sabía lo que estaba ocurriendo . Fue allí , a la vista de Jesús y de los sacerdotes , donde se dejaron arrastrar por la hábil y oportuna intervención de Caifás y los saduceos . Si el juicio contra Jesús se hubiera producido en otro momento o en otra jornada , sin la presencia de aquella turba , es posible quen el Sanedrín no se hubiera salido con la suya .
Pilato sabía de la llegada de aquel gentío . De hecho , la colocación de la tarima y de la silla sobre el embaldosado de la terraza obedecían única y exclusivamente a la ceremonia de la tradicional amnistia . Pero poncio , dejándose llevar de su buena fe , cometió un grave error . Tras evacuar una serie de consultas con sus centuriones se levantó de la silla y , elevando la voz , preguntó a la multitud el nombre del preso elegido .
<< ¡ Barrabás ! >> , respondió el pueblo como un solo hombre .
Hasta ese momento , ni Pilato ni los jueces habían pronunciado el nombre de Jesús . Aquello significaba , tal y como suponía , que los hebreos habían llegado hasta el pretorio con la intención premeditada de solicitar la liberación del terrorista y así lo manifestaron antes de que el procurador les pidiera silencio y les explicara cómo los sacerdotes habían llevado a Jesús a su presencia y de qué le acusaban . En suma : aquel gentío - aun no estando presente el rabí de Galilea - hubiera clamado por Barrabás , el << zelota >> . Pero como ya anuncié , la oportuna intervención de Caifás y sus secuaces y el oro que había sido repartido entre un puñado de judíos , mezclado extratégicamente entre aquella multitud , terminaron por inclinar la balanza hacia el Sanedrín
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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