Civilis , al verla , fijó sus ojos en los pequeños pechos , perfectamente visibles a traves de los lienzos . Y volviéndose hacia mí , me guiñó un ojo .
Antipas se aproximó a Jesús y sacudiendo con sus dedos algunas de las lenguas de flamenco que habían quedado enredadas en sus cabellos , tranquilizó a la mujer , asegurándole que aquel mago no era siquiera la sombra del aborrecido Juan el Bautista . Herodías , con las cejas y pestañas teñidas con brillantina y los párpados sombreados por alguna mezcla de lapislázuli molido , observó detenidamente al reo . Después , contoneándose sin el menor pudor se alejó del Maestro , buscando acomodo en el trono de madera . Una vez allí , y ante la expectación general , le hizo una señal a Antipas , indicándole que se aproximara . Herodes obedeció al instante . Y tras susurrarle algo , el tetrarca , sonriendo maliciosamente , decendió del entarimado hasta situarse a espaldas del rabí. Acto seguido tomó el filo de la túnica de Jesús , levantándola lentamente , de forma que Herodías y sus cortesanos pudieran contemplar las piernas del Nazareno . Antipas prosiguió hasta descubrir la totalidad de los musculosos muslos del prisionero , así como el taparrabo que le cubría . Los labios de Herodías , de un rojo carmesí , se abrieron con palpable admiración al tiempo que una oleada de indignación empezaba a quemarme las entrañas .
Civilis notó mi creciente cólera e , inclinandose hacia mi , comentó :
- No te alarmes . La ley judía le concede a ese puerco hasta untotal de 18 mujeres , pero su impotencia es tan pública y notoria que esa ramera busca consuelo hasta en los esclavos de las caballerizas .... Y Herodes lo sabe . Herodías lo tiene cogido por el tronco y por los testículos ...
Las palabras del oficial fueron tan acertadas como proféticas . ¡ Qué poco sospechaba Antipas que , precisamente aquella mujer , sería la causa de su desgracia final ...!
La humillante escena fue zanjada por el centurión . El tiempo apremiaba y con amables pero firmes palabras rogó al tetrarca que le comunicara su veredicto respeto al prisionero .
- ¿ Veredicto ? - argumentó Antipas , que hacía tiempo que había comprendido que el Galileo no deseaba abrir la boca - . Dile a Poncio que agradezco su gentileza , pero que Judea no entra dentro de mi jurisción . Que sea él quien decida .
Y dando media vuelta se encaminó hacía uno de sus amigos . Le arrebató un costoso manto de púrpura con que se cubría y , sin más explicaciones , lo depositó sobre los hombros del Maestro , soltando una larga y estridente carcajada , que fue aplaudida por sus amigos y parientes .
Caifás y los sacerdotes , tan decepcionados como Antipas , se encaminaron hacia la puerta , mientras Civilis , tras saludar brazo en alto al tretarca y a Herodías , enpujó a Jesús , indicándole que la visita había terminado.
Al abandonar la sala aún resonaban los aplausos de la camarilla de Herodes , sumamente complacida por aquel últimon gesto de burla y escarnio del edomita .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Antipas se aproximó a Jesús y sacudiendo con sus dedos algunas de las lenguas de flamenco que habían quedado enredadas en sus cabellos , tranquilizó a la mujer , asegurándole que aquel mago no era siquiera la sombra del aborrecido Juan el Bautista . Herodías , con las cejas y pestañas teñidas con brillantina y los párpados sombreados por alguna mezcla de lapislázuli molido , observó detenidamente al reo . Después , contoneándose sin el menor pudor se alejó del Maestro , buscando acomodo en el trono de madera . Una vez allí , y ante la expectación general , le hizo una señal a Antipas , indicándole que se aproximara . Herodes obedeció al instante . Y tras susurrarle algo , el tetrarca , sonriendo maliciosamente , decendió del entarimado hasta situarse a espaldas del rabí. Acto seguido tomó el filo de la túnica de Jesús , levantándola lentamente , de forma que Herodías y sus cortesanos pudieran contemplar las piernas del Nazareno . Antipas prosiguió hasta descubrir la totalidad de los musculosos muslos del prisionero , así como el taparrabo que le cubría . Los labios de Herodías , de un rojo carmesí , se abrieron con palpable admiración al tiempo que una oleada de indignación empezaba a quemarme las entrañas .
Civilis notó mi creciente cólera e , inclinandose hacia mi , comentó :
- No te alarmes . La ley judía le concede a ese puerco hasta untotal de 18 mujeres , pero su impotencia es tan pública y notoria que esa ramera busca consuelo hasta en los esclavos de las caballerizas .... Y Herodes lo sabe . Herodías lo tiene cogido por el tronco y por los testículos ...
Las palabras del oficial fueron tan acertadas como proféticas . ¡ Qué poco sospechaba Antipas que , precisamente aquella mujer , sería la causa de su desgracia final ...!
La humillante escena fue zanjada por el centurión . El tiempo apremiaba y con amables pero firmes palabras rogó al tetrarca que le comunicara su veredicto respeto al prisionero .
- ¿ Veredicto ? - argumentó Antipas , que hacía tiempo que había comprendido que el Galileo no deseaba abrir la boca - . Dile a Poncio que agradezco su gentileza , pero que Judea no entra dentro de mi jurisción . Que sea él quien decida .
Y dando media vuelta se encaminó hacía uno de sus amigos . Le arrebató un costoso manto de púrpura con que se cubría y , sin más explicaciones , lo depositó sobre los hombros del Maestro , soltando una larga y estridente carcajada , que fue aplaudida por sus amigos y parientes .
Caifás y los sacerdotes , tan decepcionados como Antipas , se encaminaron hacia la puerta , mientras Civilis , tras saludar brazo en alto al tretarca y a Herodías , enpujó a Jesús , indicándole que la visita había terminado.
Al abandonar la sala aún resonaban los aplausos de la camarilla de Herodes , sumamente complacida por aquel últimon gesto de burla y escarnio del edomita .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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