Creo que lo siguiente ocurrió casi al mismo tiempo .
La pelirroja , con los brazos en jarras , desafió al hermano con la mirada . Y el Maestro , retrocediendo un paso , negó con la cabeza .
Eliseo , sentado a mi izquierda , se removió inquieto . No supe qué ocurría ...
Mi hermano tanteó la túnica y palpó el ceñidor una y otra vez...
- ¡ He dicho que te desnudes ! - amenazó Ruth sin contemplaciones -. ¡ No lo repetiré !
Jesús volvió a negar y siguió caminando de espaldas ...
Eliseo , entonces , pálido , se incorporó de un salto y , mudo , prosiguió el repaso de la ropa . Pensé en algún insecto ...
Fue visto y no visto.
Al retroceder , el Galileo tropezó con el barreño en el que , al parecer , lavaba la Señora cuando se presentó en la casa . Y el Maestro se precipitó en la espumosa agua con gran estrépito , provocando la fulminante risa de su hermana .
No supe a dónde mirar ...
El ingeniero levantó las esteras . ¿ Qué demonios buscaba ?
Después , sin responder a mis preguntas , se alejó hacia el portalón con la cabeza baja .
Me puse en pie . Eliseo caminó despacio , paso a paso . Parecía escrutar cada losa de piedra . Giró hacia los parterres y lo vi revolver entre las flores .
Eché una ojeada a Jesús . Seguía sentado en mitad del barreño , empapado y con una sonrisa de oreja a oreja . Ruth corrió hacia Él y se apresuró a auxiliarlo . Pero el Maestro , a juzgar por su tranquilidad , sólo había sufrido el lógico susto . Y allí lo dejé , con las largas piernas sobresaliendo por encima del ancho recipiente . Mi hermano , aparentemente , tenía prioridad . Pero ¿ qué sucedía ?
Lo alcancé bajo el dintel de la puerta . Volví a interrogarlo , pero no me escuchó . Estaba pálido .
Se inclinó , revisando los peldaños . Y , ante mi perplejidad , entró de nuevo en el patio , examinando lo ya explorado . La << pequeña ardilla >> , al fondo , había empezado a desnudar a un más que sumiso Jesús de Nazaret.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
La pelirroja , con los brazos en jarras , desafió al hermano con la mirada . Y el Maestro , retrocediendo un paso , negó con la cabeza .
Eliseo , sentado a mi izquierda , se removió inquieto . No supe qué ocurría ...
Mi hermano tanteó la túnica y palpó el ceñidor una y otra vez...
- ¡ He dicho que te desnudes ! - amenazó Ruth sin contemplaciones -. ¡ No lo repetiré !
Jesús volvió a negar y siguió caminando de espaldas ...
Eliseo , entonces , pálido , se incorporó de un salto y , mudo , prosiguió el repaso de la ropa . Pensé en algún insecto ...
Fue visto y no visto.
Al retroceder , el Galileo tropezó con el barreño en el que , al parecer , lavaba la Señora cuando se presentó en la casa . Y el Maestro se precipitó en la espumosa agua con gran estrépito , provocando la fulminante risa de su hermana .
No supe a dónde mirar ...
El ingeniero levantó las esteras . ¿ Qué demonios buscaba ?
Después , sin responder a mis preguntas , se alejó hacia el portalón con la cabeza baja .
Me puse en pie . Eliseo caminó despacio , paso a paso . Parecía escrutar cada losa de piedra . Giró hacia los parterres y lo vi revolver entre las flores .
Eché una ojeada a Jesús . Seguía sentado en mitad del barreño , empapado y con una sonrisa de oreja a oreja . Ruth corrió hacia Él y se apresuró a auxiliarlo . Pero el Maestro , a juzgar por su tranquilidad , sólo había sufrido el lógico susto . Y allí lo dejé , con las largas piernas sobresaliendo por encima del ancho recipiente . Mi hermano , aparentemente , tenía prioridad . Pero ¿ qué sucedía ?
Lo alcancé bajo el dintel de la puerta . Volví a interrogarlo , pero no me escuchó . Estaba pálido .
Se inclinó , revisando los peldaños . Y , ante mi perplejidad , entró de nuevo en el patio , examinando lo ya explorado . La << pequeña ardilla >> , al fondo , había empezado a desnudar a un más que sumiso Jesús de Nazaret.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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