El humo blanco de los hogares fue tumbado repentinamente , difuminando la masa negra del pueblo . Era el aviso . El puntual viento del oeste se había arrojado sobre el Kennereth , agitanto las aguas del lago y dando vida a las embarcaciones que lo cruzaban . El maarabit soplaría hasta la puesta del sol . A partir de esos momentos , Nahum , como otros pueblos y aldeas de las costas del yam , era casi irrespirable . El povo de las calles se ponía en pie , , y los torbellinos , con el humazo de los fogones , deambulaban por las esquinas , hiriendo y sofocando a cuantos alcanzaban .
Eliseo insinuó que no debíamos perderlo . Tenía razón . Si el Maestro desaparecía de nuestra vista , podríamos tener problemas ...
Y siguiendo su consejo , lo alcanzamos en el pequeño puente que saltaba sobre el río Korazaín , en las cercanías de Nahum . Las aguas , terrosas , bajaban mermadas como consecuencia del estío .
Y , de pronto , apareció...
Lo olvidé , una vez más.
Junto al puentecillo , a nuestra izquierda , se presentó el viejo caserón de una planta que hacía las veces de << aduana >> . Al recordar , el corazón se sobresaltó . Allí trabajaba Mateo Leví , uno de los íntimos de Jesús . Mejor dicho , uno de los que - en el << futuro >> - llegaría a ser su discípulo.
¿ Cómo reaccionaría el Maestro ? ¿ Sabía ya quienes formarían ese inicial grupo de apóstoles ? Después de lo que había visto y oído en aquellas semanas , ¿ de qué me asombraba ? ¡ Pobre ignorante ! ¡ No sabía nada sobre aquel Hombre !
El edificio , tan negro como la reputación de los inspectores del fisco que lo habitaban , era un lugar obligado . Se hallaba cercano al límite de los territorios regentados por Filipo , al norte , del que regresábamos , y Herodes Antipas , su hermanastro , que reinaba - en teoría - en la Galilea y Perea . Todo el que cruzaba en uno u otro sentido era inspeccionado . El << peaje >> dependía de la carga y del buen humor del publicano de turno ...
Nos aproximamos despacio.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Eliseo insinuó que no debíamos perderlo . Tenía razón . Si el Maestro desaparecía de nuestra vista , podríamos tener problemas ...
Y siguiendo su consejo , lo alcanzamos en el pequeño puente que saltaba sobre el río Korazaín , en las cercanías de Nahum . Las aguas , terrosas , bajaban mermadas como consecuencia del estío .
Y , de pronto , apareció...
Lo olvidé , una vez más.
Junto al puentecillo , a nuestra izquierda , se presentó el viejo caserón de una planta que hacía las veces de << aduana >> . Al recordar , el corazón se sobresaltó . Allí trabajaba Mateo Leví , uno de los íntimos de Jesús . Mejor dicho , uno de los que - en el << futuro >> - llegaría a ser su discípulo.
¿ Cómo reaccionaría el Maestro ? ¿ Sabía ya quienes formarían ese inicial grupo de apóstoles ? Después de lo que había visto y oído en aquellas semanas , ¿ de qué me asombraba ? ¡ Pobre ignorante ! ¡ No sabía nada sobre aquel Hombre !
El edificio , tan negro como la reputación de los inspectores del fisco que lo habitaban , era un lugar obligado . Se hallaba cercano al límite de los territorios regentados por Filipo , al norte , del que regresábamos , y Herodes Antipas , su hermanastro , que reinaba - en teoría - en la Galilea y Perea . Todo el que cruzaba en uno u otro sentido era inspeccionado . El << peaje >> dependía de la carga y del buen humor del publicano de turno ...
Nos aproximamos despacio.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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