jueves, 28 de mayo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 58 )

Al cabo de este tiempo , Anás regresó a la sala y aproximandose a Jesús reanudó el interrogatorio :
-  ¿ Te consideras el Mesias , el libertador de Israel ?
>> Jesús levantó nuevamente  el rostro y con identica calma le dijo :
>> - Anás me conoces desde mi juventud y sabes que no pretendo ser nada más y nada menos que el delegado de mi Padre . He sido enviado para todos los hombres : tanto gentiles como jidíos .
>> Pero el ex sumo sacerdote no quedó satisfecho y repitió la pregunta :
>> - He oído comentar que pretendes ser el Mesías . ¿ Es cierto ?
>> El Maestro esperó un poco antes de contestar . Por un momento ctrí que no deseaba hablar . Pero ya lo creo que lo hizo . ¡ Y con qué seguridad , Jasón !
- >> - ¡ Tú lo has dicho - le dijo al fin .
>> Entonces fue cuando entraron esos sacerdotes . Venían de parte de Caifás . Y acercandose a Anas le munmuraron algo al oído . No puedo decirte el qué , aunque supongo que tiene mucho quem ver con el Consejo del Sanedrín . Como te decía , no tardaremos en saberlo .
>> El resto ya lo sabes : Anás ordenó que condujeran a Jesús a la presencia de su yerno y abandonamos la casa ...
Poco antes de las seis de la mañana el pelotón que conducía a Jesús se detuvo frente a un caserón muy rústico , situado a escasa distancia del gran rectángulo del Templo . Concretamente , junto a la esquina suroccidental , en una reducida zona ajardinada , perfectamente aislada de aquel sector de la ciudad baja por los arcos de Wilson y Robinson al norte y  sur y por la muralla  meridional y el muro del Templo , al este y oeste , respectivamente .
Unas madrugadoras golondrinas aleteaban juguetonas entre los aleros del segundo piso de auella casona de algo má de 50 metros de largo por unos 34 o 35 de ancho .
Los trinos de estos negros emigrantes  y el sordo y rítmico rugido de la molienda  del grano , levantándose  desde todas las casas de Jerusalén  , fueron los últimos  y agradables  sonidos que escuchamos antes de penetrar en aquelm << antro >> .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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