viernes, 15 de mayo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 6 de abril , jueves ( 40 )

Sin querer , su actitud le había delatado . Pero no quise forzar la situación .
A la hora , aproxi9madamente , de iniciada lam cena , Santiago y Judas de Alfeo - los gemelos - aparecieron por las escaleras . Me puse en pie . Pero , al verlos entrar en el patio y recoger la bandeja de madera sobre la que había sido dispuesto el cordero - previamente troceado - , me tranquilicé . tenían la mirada grave . Y la curiosidad volvió a asaltarme . ¿ Qué estaba sucediendo allí arriba ? ¿ A qué se debía aquella sombra de angustia en los rostros de los hermanos , habitualmente risueños ? La constante presencia de la familia Marcos me impidió consultar al módulo . Y opté por serenarme . Tiempo habría de averiguarlo.
Juan Marcos , algo más calmado y sonriente , recogió mi plato  . Procuré mostrarme amistoso , cambiando mi anterior tema de conversación por otro más cálido . De esta forma - haciendo de Jesús el centro de mis palabras  -, el muchacho olvidó sus recelos , demostrándome lo que ya sabía : que su pasión por el Maestro no tenía límites y que , si fuera preciso , << él sería el primero en ofrecer su vida por el rabí >>, según dijo .
Conforme avanzaba la noche , y sin poder remediarlo , mi nerviosismo fue también en aumento . Hasta que , finalmente , hacia las nueve , vi bajar a Judas . Evidentemente , llevaba prisa . Y sin mirarnos siquiera , abrió el portalón de entrada , saliendo de la casa .
De un salto me situé en la puerta y observé cómo se alejaba precipitadamente . Juan Marcos , alarmado por mi súbita actitud , preguntó si ocurría algo . Si mis suposiciones eran correctas , el Iscariote se dirigía hacia el templo. Aquello significaba que yo perdería su pista de inmediato . Era preciso actuar con rapidez e inteligencia . Y , de pronto , fijándome en el muchacho , se me ocurrió una solución.
- ¿ Conoces la casa de José , el de Arimatea  ? le pregunté , tratando de no alarmarle .
Juan Marcos asintió .
- Pues bien , corre hacia allí y dile a José que acuda de inmediato al Templo . Es importante que él o Ismael se reúnan con Judas....
Sin preguntar ni hacer el menor comentario , el muchacho - que había captado mi preocupación - salió calle abajo , en dirección a la piscina de Siloé .
Autor : J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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