jueves, 21 de mayo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 18 )

Conforme  nos acercábamos  a la explanada  del campamento un pensamiento - quizá tan absusdo como inoportuno - seguía martilleando en mi cerebro  . No podía borrar de mi mente las imágenes de aquel ser de más de dos metros  y del objeto - porque << aquello >> tenía que ser un vehiculo tripulado  - que había sido capaz de desafiar tan elocuentemente las leyes de la gravedad . ¿ Qué clase de artefacto era aquél ? ¿ Qué tecnología podía soslayar semejantes aceleraciones y deceleraciones  ? Y, sobre todo , ¿ qué relación guardaba todo aquello con Jesús y la Divinidad ?
Hubiera dado diez años de mi vida por haber registrado la conversación entre el Maestro y aquel misterioso ser y maldije mi mala estrella , que no me permitió contemplar los rostros de ambos personajes e interpretar al menos lo ocurrido entre los dos . Desde entonces , una afilada incertidumbre anida en mi corazón : ¿ podía ser aquél un ángel ? Si realmente era así , ¡ qué lejos están los teólogos de la verdad ....!
Cuando , al fin , nos asomamos al campamento , todo seguía más o menos igual . Los discípulos del Maestro , profundamente dormidos , permanecian ajenos a cuanto acababa de suceder a pocos metros de las carpas . Y digo que todo seguía más o menos igual porque , coincidiendo con nuestro retorno , dos de los agentes secretos de David Zebedeo entraban también en el huerto . Jadeantes y excitados preguntaron por su << jefe >> . Fue Juan Marcos quien les señaló el lugar donde montaba guardia .
El Maestro , entretanto , había aconsejado a Pedro , Juan y Santiago que se retiraran a dormir  . Pero los apóstoles , suficientemente despejados quizá con los cortos pero profundos sueños que habían disfrutado en las proximidades de la gruta , y cada vez más nerviosos ante la súbita llegada de los mensajeros , se resistieron . El fogoso Pedro , sin poder reistir la tentación , interrogó a uno de los agentes del Zebedeo . Y el hombre acorralado por las preguntas de Simón , terminó por declararle que una partida de sicarios del Sanedrín y una escolta romana se dirigían hacia allín . Pedro retrocedió con el rostro descompueston . Y , cuando intentó dirigirse a las tiendas , con ánimo de despertar a sus compañeros , Jesús se interpuso en su camino , ordenándole que guardara silencio . La recomendación del Galileo fue tan rotunda que los discípulos , desconcertados , quedaron clavados en el suelo .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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