viernes, 15 de mayo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del mayor - Tomo 1 - 6 de abril , jueves ( 39 )

Los nervios y la alegría de la familia al recibir al Galileo y a sus hombres no tuvo límites . Y durante varios minutos , la confusión fue total . María Marcos subía y bajaba sin cesar , mientras la servidumbre procedía a untimar los detalles de la cena .
Los discípulos - por consejo de Jesús - fueron ascendiendo las escaleras , camino de la estancia superior . Según pude apreciar , no faltaba ninguno . Judas , encerrado en un mutismo total , siguió a sus compañeros , mientras el rabí departía con la familia . A juzgar por su jocosos comentarios sobre el cordero , su humor seguía siendo excelente .
Nada parecía perturbarle . Sin embargo , y a partir de aquel momento , yo debía  mantenerme en alerta total . El Iscariote , al fin , había averiguado el lugar donde iba a celebrarse la misteriosa cena y sus pensamientos sólo podían ocuparse ya de algo básico para él y para los policías que esperaban , sin duda , su información : salir de la casa de los Marcos y acudir al Templo para poner en marcha la operación de arresto del Nazareno .
Hacia las siete , Jesús se retiró , dirigiéndose hacia el cenáculo . Su semblante seguía reflejando una gran jovialidad.
A partir de ese instante me situé en el quicio de la puerta  que daba acceso al jardín , montando guardia  a escasos metros de la escalera que conducía al primer piso.
Al poco , el servicial Juan Marcos  - por indicación de su padre - me trajo un pequeño taburete . Me senté  y él hizo otro tanto , observándome en silencio . Apuré lentamente  el plato de pescado cocido que me había servido la señora de la casa  y , sin demasiadas esperanzas  de éxito , comencé  a interrogar al muchacho . Pero Juan , a pesar de su corta edad , poseía un profundo sentido de la lealtad y , sobre  todas las cosas de este mundo , amaba a Jesús  . Así que mis preguntas fueron estrellándose , una detras de otra , contra el celoso silencio del jovencito . Cuando , por últimon , me atreví a exponerle mi teoría sobre su acuerdo secreto con el rabí , en relación al hombre del cántaro de agua y a los demás planes sobre la cena , Juan Marcos se puso pálido . Y en un arranque , se levantó , escapando hacia el fondo del jardín .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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