martes, 19 de mayo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 5 )

En ese instante , y como si Eliseo hubiera leído mis pensamientos , abrió la conexión , gritándome :
- ¡ Jasón , Jasón ! .... Se mueve otra vez . Ese objeto se está desplazando .... ¡ No puedo crerlo  ! ... Ha cambiado el rumbo : ahora está siguiendo el radial 240 ... ( El objeto , que había seguido una trayectoria Norte , empezaba a desplazarse en dirección Oeste - Suroeste . Justamente hacia el área de Jerusalen . Nota del Mayor ) ¡ Jasón , viene hacia aquí ! ... ¿ Me oyes , Jasón ?
- Te escucho  << 5 x 5 >> - le respondí como pude -. Pero ¿ no será algún meteoro ?
Eliseo casi me manda al infierno por aquella pregunta , evidentemente estúpida .
- Esa << cosa >> , Jasón , ha hecho estacionario ( Es decir , había permanecido estático o inmovil . Nota del Mayor ) durante más de veinte minutos ... Ahora se mueve muy despacio.
Si aquel inexplicable objeto se hallaba aún a unas 30 millas de nuestra posición , era ridiculo que siguiera escudriñando el espacio . Traté , pues , de calmar a mi hermano en el módulo , rogándole que me mantuviera puntualmente informado de las evoluciones del eco en el radar.
Mientras tanto , el Maestro se habia levantadoy , dando media vuelta , caminó hacia los discípulos . Dada la distancia , no pude registrar sus palabras , pero si observé cómo se inclinaba sobre sus hombres , tocándoles con la mano izquierda . Los dos que yacían se despertaron y vi cómo se incorporaban parcialmente .
Al poco , Jesús retornó hasta el calvero . Los tres apóstoles le observaron durante breves minutos , terminando por recostarse nuevamente .
Conforme fue aproximándose  aprecié algo extraño . El gigante se tambaleaba  . Sus pasos eran indecisos  , como si estuviera a punto de desplomarse .
Nada más llegar junto a la laja de piedra  cayó de bruces . Por un momento pensé que se había desmayado . Parte de su cuerpo había quedado sobre la plancha rocosa , boca abajo e inmovil . Juan Marcos  se incorporó , dispuesto a socorrerle . Pero , sujetándole por el brazo , le hice ver que no era conveniente molestarle . Supongo que si el Galileo no llega a moverse , el fogoso Marcos no habría seguido mis consejos y hubiera saltado en auxilio de su Maestro . Pero Jesús estaba plenamente consciente y el joven se tranquilizó.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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