sábado, 16 de mayo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 6 de abril , jueves ( 42 )

Pocos minutos después de las diez llamaba a la puerta de los Marcosn . La posibilidad de que Jesúsn y los once hubieran salido ya del canáculo me preocupaba . No quise alarmar a Eliseo , dándole cuenta del penoso incidente con el ladrón . Despues de todo , me encontraba perfectamente . Si el asaltante , en lugar de atacar , me hubiese exigido , por ejemplo , la bolsa con el dinero , quizá la situación hubiera sido radicalmente distinta . Mis posibilidades  de defensa eran casi nulas y lo más probable  es que aquel inoportuno bandolero se hubiera hecho con el dinero de Caballo de Troya y , lo que habría sido mucho más lamentable , con el pequeño estuche que contenía las << lentillas de visión infrarroja >>.
Al verme , Juan Marcos corrió a mi encuentro  . El Maestro y los suyos seguían aún en el piso superior . Respiré aliviado . Jose , el de Arimatea , había recibido mi recado y - según me explicó el muchacho - salió al instante hacia el Templo . Le di las gracias y , un poco a regañadientes , obedeció a su madre , retirándose a descansar . Pero su sueño no iba a ser muy prolongado...
Hacia las diez y media , poco más o menos , escuché un himno . Elías me ofreció un vaso de vino con miel y , señalando hacia el lugar de donde procedía aquel cántico , me advirtió que Jesús y los descípulos estaban a punto de terminar .
La verdad es que nunca había necesitado tanto una copa de vinon como en aquellos momentos . La apuré de un trago y , efectivamente , a los pocos segundos  - una vez finalizado el himno religioso  -, los apóstoles empezaron a bajar . Jesús fue el últimon .
Los once , al menos en aquellos instantes , se hallaban mucho más relajados que durante la mañana . Se despidieron de la familia y emprendimos  el camino de regreso al campamento.
Mientras cruzábamos las solitarias calles del barrio bajo , en dirección a la Puerta de la Fuente , en la esquina sur de Jerusalén , me las ingenié para descolgar a Andrés del resto del grupo. Y un poco rezagados , me interesé por el desarrollo de la cena  . El Jefe de los apóstoles empezó diciendome que , tanto él como sus compañeros , estaban intrigados por la súbita desaparición de Judas y , muy especialmente , por el hecho de que no hubiera vuelto al cenáculo . << Al principio , cuando le vimos salir , todos pensamos que se dirigía al piso de abajo , quizá en busca de alguno de los víveres para la cena . Otros creyeron que el Maestro le había encomendado algún encargo ...>>
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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