domingo, 31 de mayo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 77 )

Cuando aquellos salvajes retiraron el manto de la cabeza del Maestro la sangre se me heló  en las venas . De no haber sabido previamente que aquel era Jesús  , creo que no hubiera podido reconocerle . El bastonazo - supongo que el primero -, y a pesar de que el tejido habia amortiguado el golpe , había caído sobre el pómulo derecho y aparte de la nariz , provocando la hinchazón de ambas zonas . Este garrotazo o quizás los restantes puñetazós y bofetadas habían ocasionado una aparatosa hemorragia nasal . Los regueros de sangre  , ya reseca , salían de ambas fosas , corriendo sobre los labios y empapando el bigote y la barba .
Los hematomas en ambos ojos eran tan acusados que el rabí apenas si podía abrirlos .
Aquel rostro roto , inflamado y con la mitad izquierda ensangrentada , dejó sin habla a algunos de los criados y sicarios del Sanedrín . Evidentemente , el castigo había sidobrutal . Y ante mi sorpresa , varios  de los levitas , nerviosos  , empezaron a discutir  sobre la conveniencia  de lavar y adecentar un poco la faz del Maestro . No por misericordia  , por supuesto , sino por temor  a posibles represalias o recriminaciones de los jueces  y , quizá  , de los seguidores del Nazareno . Y , al fin , uno de los sirvientes  apuró el agua de la cántara , empapando un extremo del ropón o manto con el que le habían cubierto .
En un arranque que nunca he logrado explicarme satisfactoriamente , me adelanté hacia el policía , identificándome  como médico y rogándole que me permitiera  proceder al lavado del rostro del Galileo y , de paso - les dije -, examinar las posibles fracturas .
Los policías accedieron un tanto aliviados  , pero sugirieron que fuera diligente  con el << arreglo >> . El Consejo esperaba .
Obviamente , dentro de los planes de Caballo de Troya no se contemplaba la posibilidad de que yo << reparase >> , ni mucho menos , las heridas que pudiera sufrir Jesús de Nazaret . Tal y como ya he citado , ello estaba rigurosamente prohibido . Sin embargo , y puesto que los levitas se disponian a asear la machacada faz del prisionero , consideré  que aquélla era una irrepetible ocasión de comprobar de cerca y personalmente los daños exteriores y visibles más graves . Sin embargo , y a pesar de esta justificación , también hubo << algo >> interno que me empujó a tomar semejante decisión ...
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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