viernes, 22 de mayo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 21 )

Si la versión del agente secreto de Zebedeo era corecta  , a los levitas del Templomhabía que añadir la patrulla romana . Y esto , indudablemente , complicaba las cosas . Los mercenarios de la fortaleza Antonia no se distinguian precisamente por sus dulces modales ....
Yo había sido testigo de su ferocidad en el apaleamiento de un compañero . ¿ Qué podía esperarse entonces de aquellos aguerridos infantes , en el caso de que se llegara a un enfrentamiento ? . Lo más probable es que muchos de los discípulos del Maestro habrían resultado heridos o muertos y , en el mejor de los casos , hechosm prisioneros . Y Jesús , a juzgar por sus oraciones en el olivar , quería evitarlo a toda costa . ¿ Qué hubiera sido de su misión y de la futura propagación del evangelio del reino si los directamente encargados de esa predicación hubieran caído esa noche en Getsemaní ?
Las antorchas aparecían y desaparecían entre la espesura , acercándose cada vez más . Pedí información a Eliseo sobre la hora exacta . Era la una y quince minutos de la madrugada .
La luna seguía brillando con todo su esplendor , proporcionándome una más que aceptable visibilidad.
De pronto y cuando el racimo de antorchas se hallaba aún a cierta distancia de la almazara sobre la que aguardaba el Maestro , vi aparecer por la vereda a un individuo . Subía a la carrera , siguiendo la dirección del campamento . Jesús , al verle , se puso en pie , saliendo al centro del camino . El presuroso caminante  - a quien en un primer momento no acerté a identificar - descubrió en seguida la lata figura del galileo , con su blanca túnica bañada por la luna . La inesperada presencia del Maestro , cortándole el paso , debió desconcertarle  porque se detuvo al momento . Pero , tras unos segundos de indecisión  , prosiguió su avance , esta vez  sin demasiadas  prisas . El misterioso personaje  , envuelto en un manto oscuro , debía hallarse a unos treinta o cuarenta metros del rabí cuando , por el fondo del sendero , irrumpió en escena el pelotón que portaba las antorchas  . Venía en desorden , aunque formando una larga hilera de gente . A primera vista , el número  de individuos rebasaba el medio centenar .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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