domingo, 24 de mayo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril, viernes ( 31 )

Durante la discusión , Jesus  permaneció en silencio  , con los ojos bajos y prácticamente ausente .
Judas , por su parte , se había situado entre los dos jefes  - el romano y el levita -  pero , por más que intentaba el diálogo con ellos  , éstos evitaban sus preguntas , permaneciendo en un total y brutal silencio . Cuando pregunté el porque de aquella actitud  del optio y del capitan de los policías del Templohacia el Iscariote , el mercenario que hablaba griego respondió con una afirmación contundente :
- Es un traidor....
Estábamos ya a pocos metros del puente que enlazaba la falda del Olivete con la explanada situada al pie de la muralla oriental del Templo cuando ocurrió al go desconcertante e imprevisto.
A la cabeza del cortejo marchaban ambos << capitanes >> . En medio de ambos , Judas , e inmediatamente detrás , la patrulla romana , rodeando estrechamente a Jesús  . Por último , el tropel de levitas y siervos del Sanedrín , envueltos en sus mantos y rabiosos por la tajante decisión del suboficial romano de entregar al Galileo al ex sumo sacerdote . Yo caminaba a la izquierda del grupo , junto a los últimos legionarios .
Y , súbitamente , Juan , el Evangelista , apareció por la derecha , adelantandose hasta llegar a la altura del Maestro . Quedé estupecfacto ante la valiente decisión del discípulo . Por lo que pude observar , Juan debía haber perdido el manto en la anárquico dispersión de los seguidores del rabí . Vestía únicamente su túnica corta - hasta las rodillas - y , en la faja , una espada .
Al verlo , los policías del Templo , se alarmaron y advirtieron a su jefe la presencia del galileo . El pelotón se detuvo nuevamente y el capitan de los levitas ordenó a sus hombres que prendieran y ataran también a Juan . Pero , cuando los sicarios de Caifás se disponían a amarrarle , Arsenius intervino de nuevo . Aquel veterano oficial , sagaz y de condición noble , se interpuso entre el apóstol y los levitas  , exclamando:
- ¡ Alto ! Este hombre no es un traidor , ni tempoco un cobarde ....
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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