domingo, 22 de noviembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 3 - 20 de abril , jueves ( 21 )

El << barrido >> se repitió dos veces más , con una sola diferencia : se vez en cuando , Simón Pedro metía las manos en los cubos , lanzando al agua  las << bolas >> de arena y pescado machacado . Deduje que se trataba de una fórmula para atraer a los peces . Pero la fortuna , a pesar de la carnaza  y del continuo ir y venir de la barca , no estaba de cara . Ante la desolación general , el jerem sólo les proporcionó << basura >>
Hacia las siete , con el sol vencido , los tenaces galileos  enrollaron los cabos y , malhumorados , procedieron al lavado y extensión del arte sobre la pedregosa costa . Allí quedaría  hasta una nueva oportunidad . Se vistieron y , tras encender fuego , se regalaron un respiro . Las << cerillas >> utilizadas por los gemelos  me causaron especial sorpresa . En el yam , entre los pescadores  , estas pequeñas << cargas >> de azufre eran de uso común y , por supuesto , más rápidas y efectivas que el hierro y el pedernal . No se trataba , obviamente  , de una cerilla  , tal y como hoy la conocemos  , sino de unas  pequeñas astillas de 8 o 10 centímetros de longitud , totalmente << bañadas >> en azufre . Las << cargas >> eran colocads  junto al pedernal y la chispa hacía el resto . . Felipe descabezó y vació las entrañas de algunas de las tilapias , asándolas con la ayuda de un simple palo . << Entretenida el hanbre >> y dolidos en su amor propio , los hombres reemprendieron la faena . Esta vez participaron los diez , distribuyéndose en dos cuadrillas . Una , en la lancha  capitaneada por Pedro . La segunda , al mando de Santiago Zebedeo , en una embarcación algo menor : de unos 6 metros de eslora . Cambiaron los aparejos  , cargando en el barco de Simón una red que los nativos llamaban ambatan y un jerem o chinchorro de 100 metros  en la del Zebedeo . El primero , de origen babilónico , constaba de tres mallas . El << panzudo >> , como se le conocía  familiarmente , era utilizado en aguas profundas y sólo durante lam noche , con el fin de que sus hilos  de lino y algodón pasaran inavertidos  a los peces . La red central se hallaba cosida a las cuerdas o relingas que portaban los corchos y plomos  , respectivamente  . Las mallas exteriores  - de 1,5 metros  de altura cada una  - presentaban unos << ojos >> notablemente más grandes  que los de la red central ( unos 200 milímetros )
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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