Y girando sobre sus talones , reemprendió el regreso hacia la hoguera . Aturdido , salí tras él , uniéndome a sus largas zancadas . En mi mente empezaban a agolparse mil y una preguntas . Pero , torpe , tímido y avergonzado por mi reciente huida , no fui capaz de agradecer su ayuda . Continué a su lado , caminando como un autómata e intentando poner orden en mi bloqueado cerebro .
Al rodear una de las lanchas varadas , a pesar de la iluminación de la antorcha , volví a tropezar . Juro por lo más sagrado que no fue premeditado . E instintivamente me sujeté a su brazo derecho . Jesús se detuvo . Flexionó el antebrazo y tensó los músculos en una simple y pura reacción de ayuda , evitando así que me desplomara sobre los guijarros . Al aferrarme a él pude percibir bajo la túnica la pétrea masa del bíceps braquial y del supinador largo , rígidos por el momentáneo esfuerzo . << Aquello >> , obviamente no era un fantasma ...
Juan Marcos continuaba dormido . Y el Resucitado , tras acariciar los revueltos cabellos del benjamín , fue a sentarse junto al fuego , de cara al lago . Yo , sin poder sacudirme aquella pastosa sensación de irrealidad , permanecí unos instantes de pie , contemplando como un bobo el haz de troncos y ramas de coníferas que yacía a un metro de la palpitante hobuera . Finalmente , con un nudo en la garganta, obedecí am mi corazón y le imité , sentándome a su lado . Tenía la vista perdida en las lejanas luces del yam . Parecía esperar . Durante un tiempo - ¿ qué podían significar los minutos en aquella situación ? - no me atreví a interrumpir sus pensamientos . Flexionó sus piernas . Las abrazó con sus largos brazos y , descansando el mentón sobre las rodillas , suspiró profundamente . A renglón seguido , fijando su mirada en mí exclamó :
- ¡ Gracias por vuestros sacrificios !
Atónito , le imité de hito en hito . Sonrió con una leve sombra de amargura y , comprendiendo mi perplejidad , añadió :
- Sabes bien a qué me refiero . Vuestra decisión de conocer la verdadera historia del Hijo del Hombre no es fruto del azar . Éstos - y su mano izquierda señaló hacia las embarcaciones del yam -, mis pequeñuelos de hoy , terminaran por alterar involuntariamente mi mensaje ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Al rodear una de las lanchas varadas , a pesar de la iluminación de la antorcha , volví a tropezar . Juro por lo más sagrado que no fue premeditado . E instintivamente me sujeté a su brazo derecho . Jesús se detuvo . Flexionó el antebrazo y tensó los músculos en una simple y pura reacción de ayuda , evitando así que me desplomara sobre los guijarros . Al aferrarme a él pude percibir bajo la túnica la pétrea masa del bíceps braquial y del supinador largo , rígidos por el momentáneo esfuerzo . << Aquello >> , obviamente no era un fantasma ...
Juan Marcos continuaba dormido . Y el Resucitado , tras acariciar los revueltos cabellos del benjamín , fue a sentarse junto al fuego , de cara al lago . Yo , sin poder sacudirme aquella pastosa sensación de irrealidad , permanecí unos instantes de pie , contemplando como un bobo el haz de troncos y ramas de coníferas que yacía a un metro de la palpitante hobuera . Finalmente , con un nudo en la garganta, obedecí am mi corazón y le imité , sentándome a su lado . Tenía la vista perdida en las lejanas luces del yam . Parecía esperar . Durante un tiempo - ¿ qué podían significar los minutos en aquella situación ? - no me atreví a interrumpir sus pensamientos . Flexionó sus piernas . Las abrazó con sus largos brazos y , descansando el mentón sobre las rodillas , suspiró profundamente . A renglón seguido , fijando su mirada en mí exclamó :
- ¡ Gracias por vuestros sacrificios !
Atónito , le imité de hito en hito . Sonrió con una leve sombra de amargura y , comprendiendo mi perplejidad , añadió :
- Sabes bien a qué me refiero . Vuestra decisión de conocer la verdadera historia del Hijo del Hombre no es fruto del azar . Éstos - y su mano izquierda señaló hacia las embarcaciones del yam -, mis pequeñuelos de hoy , terminaran por alterar involuntariamente mi mensaje ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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