Lo benigno y , en cierto modo , intrascendente del caso me autorizaba a intevenir , sin que por ello quebrara las rígidas normas de Caballo de Troya . En resumen , se trataba de lograr un progresivo reblandecimiento del cerumen , procediendo después a su extracción . Para ello , al menos durante los tres o cuatro días , debería suministrarle algún medicamento o pócima que actuara como disolvente de la masa de cera . El problema era cómo hacerlo sin despertar suspicacias y , además , de inmediato . La doliente postración del Zebedeo así lo requería . Sin demasiadas alternativas , aché mano de la improvisación . Invocando una inexsistente receta del Libro de las sentencias , de Jesús ben Sirac , escrito ciento cincuenta años antes de Cristo , tranquilicé la conciencia médica del esenio , provocando la lógica admiración de Juan y Santiago . De momento había que trabajar con los únicos elementos a mano . Más adelante , de vuelta a la nave , la preparación de los ungüentos sería menos heterodoxa y precipitada . Siguiendo mis instrucciones , Assi preparó un analgésico , a base de hojas de melisa ( cuyo contenido en aceite esencial con citral , citronelal , geraniol , linalol y tanino resultaba muy recomendable ) y unos granos de samê de- Sinta , un potente anestésico . Con identica diligencia , Juan calentó en mi presencia unos centímetros cúbicos de aceite puro de oliva y , cuando estimé que la temperatura había alcanzado los 20 o 25 ºC , vertí unas gotas en cada uno de los oídos del paciente . Aquél fue el único momento en que el << auxiliador >> torció el gesto , reprobando en silencio mi actitud . pero , discreto y respetuoso para con los métodos de aquel médico extranjero , no dijo nada . En posteriores encuentros , una vez ganada su confianza , me confesaría el porqué de aquel mudo reproche . Tal y como relata Josefo , los esenios consideraban el aceite como impuro y , << cualquiera que accidentalmente entrara en contacto con él , manchaba su persona>> . Ésta era una de las razones que los obligaba a mantener la piel seca y a vestir siempre de blanco . Esta interesante secta - de la que también deberé hablar . se hallaba abiertamente enfrentada con las interpretaciones religiosas y los hábitos de las castas sacerdotales judías . El Talmud , por ejemplo establecía la unción como una necesidad . << Tomar un baño y no ungirse - rezaba el Shabbat , 41 a - es como poner agua en un jarro . >>
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Autor : J.J.benitez
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Antonio Martinez
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