lunes, 30 de noviembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 3 - 21 de abril , viernes ( 36 )

Muerto de cansancio , Felipe oía sin escuchar . Pero súbitamente , cuando le mencionó el tema << dinero >> , su atolondramiento se esfumó .
-... No te preocupes más por el dinero - concluyó Jesús -, ni de las provisiones  . Desde ahora  , al igual que tus hermanos , eres libre para extender la buena nueva . Te precederé  y acompañaré hasta el final .
Con una sonrisa de alivio , Felipe retornó junto al fuego .
Mateo Leví , el << ex recaudador >> de impuestos , uno de los hombres más serios y cabales del grupo , aguardó su turno con evidente curiosidad .
- ¿ Tú corazón , Mateo , está en disposición de obedecerme ?
- Sí , Señor - replicó el discípulo con sereneidad -, estoy enteramente consagrado a seguir tu voluntad .
- Entonces , si quieres obedecerme - le ordenó el Resucitado -, ve a enseñar a todos los pueblos  el evangelio del reino . No proporcionarás a tus hermanos las cosas materiales de la vida  . Sin embargo , proclamarás la buena nueva  de la salud y de la salvación espiritual . A partir de ahora  , no tendras otro objetivo que ejecutar el mandamiento de predicar este evangelio del reino del Padre . Igual que yo he seguido en la Tierra la voluntad del Padre , tú cumplirás también tu misión divina ...
Jesús puso especial énfasis en estas tres últimas palabras : << ... tu misión divina . >>
- ... Acuerdate que judíos y gentiles son ambos tus hermanos . No tengas temor de ningún hombre cuando proclames las verdades salvadoras del evangelio del reino de los cielos . Allí donde yo voy , tú vendras pronto .
La última pareja con la que el Resucitado dialogó aquella mañana fue la formada por los dóciles e ingenuos gemelos .
-  Jacobo y Judas - les preguntó conjuntamente -,
¿ creéis en mí ?
 La respuesta fue fulminante :
- Sí , Maestro , creemos .
Jesús los contempló con ternura . No cabía duda  : a pesar de su corta capacidad intelectual , los de Alfeo le idolatraban . Les sonrió y , contagiados  de aquel inmenso afecto , se precipitaron sobre el rabí , abrazándole .
- Muy pronto os voy a dejar - les manifestó con dulzura  y como si temiera lastimarlos -, ya veis que lo he hecho fisicamente ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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