A partir de de abril y mayo - con el progresivo calentamiento del yam -, estos bancos se desintegran y las tilapias , por parejas , se dirigen a las desembocaduras de los ríos de la referida costa oriental ; en especial a la pequeña ensenada del Zají . Los pescadores , entonces , cambiaban su técnica , empleando otra clase de red : la qela ( un aparejo individual de 6 a 8 metros de diámetro , conocido hoy como esparavel ) . Si la aparición de Jesús se hubiera registrado unas semanas más tarde , aquella voluminosa pesca no habría sido posible .
Juan Marcos , aferrado al brazo derecho del Maestro , disfrutó de lo lindo con la captura . Arrastró a Jesús a lo largo de las hileras de peces , regocijándose con los más espectaculares . Al llegar a la altura de una de las tilapias - una hembra , a juzgar por su color gris pardo -, el Resucitado se arrodilló junto al agonizante pez . Su boca se abría y cerraba intermitentemente . Y tomándola entre las manos se la mostró al benjamín . La tilapia se defendió , coleando . El rabí , en silencio , situó la palma de su mano izquierda bajo la cavidad oral y , ante los asombrados ojos del muchacho , el pez escupió un puñado de minúsculas crías ( En este tipo de peces , tras la eclosión de los huevos , los pequeños permanecen en la boca de la madre hasta que son capaces de nadar y valerse por sí mismos . En caso de peligro son expulsados por la hembra , retornando a la cavidad oral materna una vez superada la alarma . ) Y el Señor , enternecido , se aproximó al lago , depositando a la madre y a sus crías en el agua . Juan Marcos aplaudió el gesto de su ídolo.
Concluido el recuento y la clasificación , la mitad de las tilapias y de los barbos fue a parar al fondo de la lancha de Pedro . El resto quedó almacenado en la embarcación del Zebedeo . Un par de horas más tarde , el pescado sería vendido en el muelle de Hahum . Tal y como establecían las ancestrales leyes de pesca en el Kennereth , el 40 por ciento del producto de la venta quedaría en poder de los dueños de las lanchas y de los aparejos : los Zebedeo y Andrés y Simón Pedro , respectivamente . El 60 por ciento restante era repartido entre losm tripulantes . Además de lo ya mencionado , Santiago y Pedro - en su calidad de sais p << guías >> - recibían otras dos partes cada uno . Los gemelos como remendadores , una parte y media y , por último , los remeros y jaladores , una única parte .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Juan Marcos , aferrado al brazo derecho del Maestro , disfrutó de lo lindo con la captura . Arrastró a Jesús a lo largo de las hileras de peces , regocijándose con los más espectaculares . Al llegar a la altura de una de las tilapias - una hembra , a juzgar por su color gris pardo -, el Resucitado se arrodilló junto al agonizante pez . Su boca se abría y cerraba intermitentemente . Y tomándola entre las manos se la mostró al benjamín . La tilapia se defendió , coleando . El rabí , en silencio , situó la palma de su mano izquierda bajo la cavidad oral y , ante los asombrados ojos del muchacho , el pez escupió un puñado de minúsculas crías ( En este tipo de peces , tras la eclosión de los huevos , los pequeños permanecen en la boca de la madre hasta que son capaces de nadar y valerse por sí mismos . En caso de peligro son expulsados por la hembra , retornando a la cavidad oral materna una vez superada la alarma . ) Y el Señor , enternecido , se aproximó al lago , depositando a la madre y a sus crías en el agua . Juan Marcos aplaudió el gesto de su ídolo.
Concluido el recuento y la clasificación , la mitad de las tilapias y de los barbos fue a parar al fondo de la lancha de Pedro . El resto quedó almacenado en la embarcación del Zebedeo . Un par de horas más tarde , el pescado sería vendido en el muelle de Hahum . Tal y como establecían las ancestrales leyes de pesca en el Kennereth , el 40 por ciento del producto de la venta quedaría en poder de los dueños de las lanchas y de los aparejos : los Zebedeo y Andrés y Simón Pedro , respectivamente . El 60 por ciento restante era repartido entre losm tripulantes . Además de lo ya mencionado , Santiago y Pedro - en su calidad de sais p << guías >> - recibían otras dos partes cada uno . Los gemelos como remendadores , una parte y media y , por último , los remeros y jaladores , una única parte .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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