lunes, 23 de noviembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 3 - 20 de abril , jueves ( 23 )

El yam se cubrió de antorchas . Decenas de embarcaciones se concentraron frente a las ricas pesquerías de las costas de Kursi , Tabja y del litoral donde nos encontrábamos . Calculo que hacia las ocho u ocho y media de la noche  , las inicialmente solitarias lanchas de Simón Y Santiago  quedaron confundidas entre las luces  de otras barcas , procedentes en su mayoría del muelle de Saidan .
Inspiré profundamente , disfrutando del intenso perfume  de algas que arrastraba la suave brisa de poniente . Y ante la vigilante  mirada de Juan Marcos alcé los ojos  hacia el mudo tintineo de las estrellas . Espontáneamente , como un juego , fui nombrándolas  . Y a cada una  , movido por la paz del lugar y - ¿ por qué ocultarlo ? - por una ingobernable  melancolía  , le dediqué  un improvisado recuerdo : << Sirio : mi ángel guardián .... Carina : hoy al sur  , recordándome  mi tiempo ... Orión : quizá mi verdadera " patria " ... >>
Curioso y ávido de conocimientos  , el adolescente se unió a tan extraña plegaria  , rogándome  que le ayudara a identificar las estrellas . Pasé mi brazo sobre sus hombros  y , como si de un hijo se tratara  ( el hijo que nunca tuve ) , fui marcándole  las más brillantes : la constelación  de Leo , al este , con Regulus en mitad de la eclítica  . Al norte , Draco , la Ursa mayor  , y la estrella clave de los navegantes  : la Polar , muy cercana al polo norte celeste . Por debajo de Sirio , al sur , el Can Mayor . Y rozando las colinas del extremo meridional del Kennereth , el racimo destellante de Vela .
- Y tú , Jasón - preguntó en su candidez -, ¿ Qué dices que son esos luceros ?
Aproveché su excelente disposición y , dulce y sigilosamente , la conduje al << terreno >> que me interesaba .
- El Maestro lo dijo ..
Al mencionar al rabí , sus ojos se clavaron en las ondulantes llamas . Me pareció percibir una sombra  de tristeza .
-... En mi reino - proseguí con la vista fija  en la inmensa mancha que balnqueaba el oriente del cielo - hay otras moradas.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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