domingo, 29 de noviembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 3 -- 21 de abril - viernes ( 29 )

Durante cosa de dos o tres minutos  , nadie habló . El hambre , creo yo , era más fuerte que la curiosidad . Como siempre  , lentos de reflejos  , la mayoría no cayó en la cuenta de un pequeño y aparentemente  insustancial << detalle >> . Jesús , sentado a la turca  , era el único que no comía . Sobre uan de la abiertas hogazas  quedaban aún varios trozos de tilapia . Sin embargo , el rabí no parecía dispuesto a acompañar a sus amigos  en el desayuno . Aquello me intrigó . Al fin , Judas de Alfeo , uno de los gemelos  , siempre pendiente  de las pequeñas cosas del grupo , se alzó y , apoderándose de la ración sobrante  , se la ofreció al Maestro . Los semblantes se endurecieron  . Como digo , nadie había tenido la cortesía  de servirle . El resucitado , con ambas manos  , acarició las espesas barbas de Judas , rechazando su parte . Sí , era muy extraño . ¿ Por qué  Jesús se negaba  a ingerir  alimentos ? ¿ es que aquel enigmático << cuerpo >> no estaba preparado para ello ? Mis dudas se verían relativamente despejadas horas despues .
El << incidente >> espesó aún más el mutismo general . Con los ojos bajos  , los íntimos  se apresuraron a terminar  el desayuno , rubricándolo con algún que otro sonoro eructo . Naturalmente , fue Jesús quien - una vez más - rompió el hielo , bromeando sobre el chapuzón de Simón Pedro y su poco estético vientre . Las risas afloraron de nuevo y , por espacio de media hora  , se entretuvieron  en rememorar viejos recuerdos  y experiencias , muchas de ellas vividas allí mismo , en el lago . Jesús reía con ganas , absolutamente feliz . En mitad de la conversación soltó su sandalia derecha y , como si tal cosa , procedió a sacudirla , desalojando los gruesos granos de arena que , al parecer , le molestaban .
Hacia las 09 horas la conversación decayó . Y el Maestro , alzándose , hizo una señal a Juan Zebedeo y a Simón Pedro , para que le acompañaran . La faz del Resucitado se tornó grave . El resto , acostubrado a aquellos cambios de actitud del Maestro , permaneció sentado alrededor de la fogata .
Jesús Flenqueado por sus dos hombres , caminó despacio por la orilla del agua , en dirección a la desembocadura del Jordán.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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