martes, 17 de noviembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 3 - 19 de abril , miercoles ( 44 )

Confundido entre los cantos rodados se retorcia una serpiente  de un metro de longitud . esta vez fui yo quien soltó una carcajada . Y aproximandome  al ofidio , lo atrapé  por la base de la cabeza  , levantándolo y mostrándoselo al descompuesto Zebedeo . Aquel asustado animal , único en la fauna  de Palestina  , era una pobre serpiente de agua  , incapaz de hacer daño y cuya dieta básica  eran los peces del lago . ( En los actuales mosaicos  de la iglesia de Tabja aparece un flamenco luchando con uno de estos apacibles reptiles del Kennereth . ) Juan , con los ojos desencajados  , suplicó que le perdonase y que << me desiciera de aquel demonio >>. . Era inconcebible  . A pesar de sus muchos años de intensa amistad con Jesús  de Nazaret , aquellos rudos pescadores  seguían aferrados  a toda suerte de supersticiones y maleficios . Claro que también era  posible que aquel terror hacia las serpientes  constituyera  una << ofidiofobia >> : un miedo patológico a estos ofidios , cuyas causas sólo puede desvelarse mediante un profundo análisis  psicológico del individuo . Para algunos autores  , la << zoofilia >> en general  - o miedo patológicoa los animales - podría valorarse como unn oculto rechazo a tener hijos .
Incapaz de sostener o alimentar tan desagradable  situación , me apresuré a soltarlo cerca del agua . El reptil , como imaginaba  , se sumergió al momento , desapareciendo en el yam . Y el discípulo , bañado en un sudor frío , se dejó caer sobre la arena  , exhausto y tembloroso . recogí mi calzado y , olvidando la travesura , traté de reanimarle , secando su frente . Durante breves segundos  me observó en silencio . De pronto , sus inquietos ojos negros se clavaron en los míos , preguntándome a quemarropa :
- ¿ Quién eres en realidad ? No te conozco y , sin embargo , te conozco . Yo te he visto antes...
Una lámina de fuego se propagó por mi vientre  y , adivinando una secreta intención tras las palabras de mi amigo , esquivé la delicada cuestión con una forzada sonrisa de perplejidad , añadiendo algo que él ya conocía :
- Lo sabes bien : un torpe griego que , al fin , ha encontrado la Verdad .
No aceptó mi explicación . Y con la audacia de su juventud continuó el acoso :
- ... ¿ Por qué el Maestro , nada más verte en la casa de Lázaro , te recibió como a un viejo y querido amigo ? ¿ Por qué tu interes por Él ? ¿ De dónde vienes ? ¿ Por qué desafiastes a los odiosos romanos , permaneciendo al lado del rabí mientras los demás huían ? ¿ Cómo puedes saber cuándo y dónde .... ?.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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