En efecto, al final del espigón , en el límite de Nahum , descubri una plazoleta de unos 50 metros de diámetro , enlosada con lajas negras - identicas a las utilizadas para el pavimento e la vía Maris - y presidida en su zona más occidental por un muro de unos 3 metros de altura y otros 10 de longitud del que emergían seis gruesos caños de hierro . Por detras se perfilaba el acueducto que arrancaba de los depósitos de Tabja y que traía el agua potable a la ciudad . El líquido que brotaba incesante y cantarín por cuatro de las seis tuberías , quedaba remansado en una pileta retangular , pasando de ésta a un largo y estrecho abrevadero , construido a la derecha de la múltiple fuente y en el que se apretaban , sedientos , asnos , mulas , camellos , bueyes y ovejas . Aquélla , como la que había observado a las afueras de Saidan , era la fuente pública de Najum , siempre asediada por mujeres con cántaros apoyados en las caderas o en milagroso equilibrio sobre las cabezas . Una legión de niños chapoteaba en la pileta , jugando con trozos de madera o corcho o dando de beber a escandalosos y ariscos patos que , con toda razón , se reistían a participar en aquel caos . Las protestas e imprecaciones de los vendedores , salpicados o entorpecidos por la chiquillería y por las gruesas y agresivas matronas , eran continuas y , en cierto modo , formaban parte ritual que envolvía tales << centros de reunión >>
A todo lo largo del perímetro de la plaza , comerciantes y buhoneros llegados de los cuatro puntos cardinales exhibian sus productos y habilidades , en un enloquecido , permanente y atronador griterío , en el que nadie se quedaba atrás . Una patrulla de legionarios apostada en el límite del muelle con la explanada seguía atenta las evoluciones de los regateos , irremediablemente adobados con aspavientos , golpes de pecho y juramentos que , en general , no pasaban de ahí . El fluir de galileos de largas barbas y bigotes rasurados , con sus cestas de la compra en la mano izquierda , atentos a las << novedades >> llegadas de tiro , de la Decápolis , de la Idumea o de la mismisima Ciudad Santa , fue incrementándose con el despertar de la luminosa mañana . Como en Jerusalen , en Nahum eran los hombres los encargados de efectuar las compras ; en especial , todo lo concerniente a los víveres y artículos de primera necesidad.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
A todo lo largo del perímetro de la plaza , comerciantes y buhoneros llegados de los cuatro puntos cardinales exhibian sus productos y habilidades , en un enloquecido , permanente y atronador griterío , en el que nadie se quedaba atrás . Una patrulla de legionarios apostada en el límite del muelle con la explanada seguía atenta las evoluciones de los regateos , irremediablemente adobados con aspavientos , golpes de pecho y juramentos que , en general , no pasaban de ahí . El fluir de galileos de largas barbas y bigotes rasurados , con sus cestas de la compra en la mano izquierda , atentos a las << novedades >> llegadas de tiro , de la Decápolis , de la Idumea o de la mismisima Ciudad Santa , fue incrementándose con el despertar de la luminosa mañana . Como en Jerusalen , en Nahum eran los hombres los encargados de efectuar las compras ; en especial , todo lo concerniente a los víveres y artículos de primera necesidad.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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