El radar , con su frialdad , fue más elocuente que nuestras pobres palabras : sólo el palmeral ocupaba una extensión de 12 kilómetros y 950 metros de longitud por otros 3 kilómetros y 700 metros de anchura . Y entre las gráciles y esbeltas palmas , un universo de chozas , cultivos de regadío , árboles frutales y los cotizados arbustos de bálsamo . En el horizonte , zigzagueando entre la verde espesura , las aguas marrones y plácidas del río bíblico por excelencia : el Jordán . Al verlo discurrir entre meandros erizados de cañaverales y de alisos de madera blanca , una intensa emoción se sobrepuso por un momento a la rígida disciplina de vuelo . Allí , en alguna parte de aquellas terrosas aguas , Juan había bautizado a Jesús de Nazaret . Y súbitamente recordé la promesa hecha a Eliseo . Como ya narré en páginas precedentes , en la jornada del viernes , 14 de abril de este año 30 , después de verificar el << mal >> que nos aquejaba y de conocer el exiguo plazo de vida de que disponíamos , mi entusiasta compañero propuso una descabellada y tentadora sugerencia : ¿ por qué no desafiar al Destino ? ¿ Por qué no forzar la operación y << acompañar >> al Maestro a lo largo de toda su << vida pública >> ? Aquella noche le prometí reflexionar sobre el particular y darle una justa y cumplida res`puesta antes del despegue hacia la Galilea . Pero las circunstancias que rodearon nuestra partida de la cumbre del monte de los Olivos nos hicieron olvidarel asunto . Olvidarlo , claro está , temporalmente . A diferencia de la mía , la memoria de Eliseo continuaba siendo espléndida . E inexplicablemente , aunque mi decisión había sido ya tomada , me mantuve en silencio .
- Ahí la tienes - exclamó Eliseo , marcando hacia tierra con su dedo índice izquierdo -. A tus << nueve >>...
- ¡ Jericó ! La ciudad más antigua del mundo ...
A poco más de once kilómetros al oeste del Jordán , la milenaria ciudadela - con sus casi diez mil años de existencia - despertaba al nuevo día , bañada en cal , tortuosa , con sus casas cúbicas apiñadas en el interior de una muralla de 50 pies de altura , ocre y grana ante el sol naciente . ocupaba una planicie ovalada de casi diez estadios de diámetro mayor , serena y magistralmente asentada entre cerros escalonados que , como describía Estrabón , semejaban las gradas de un ciclópeo anfiteatro .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- Ahí la tienes - exclamó Eliseo , marcando hacia tierra con su dedo índice izquierdo -. A tus << nueve >>...
- ¡ Jericó ! La ciudad más antigua del mundo ...
A poco más de once kilómetros al oeste del Jordán , la milenaria ciudadela - con sus casi diez mil años de existencia - despertaba al nuevo día , bañada en cal , tortuosa , con sus casas cúbicas apiñadas en el interior de una muralla de 50 pies de altura , ocre y grana ante el sol naciente . ocupaba una planicie ovalada de casi diez estadios de diámetro mayor , serena y magistralmente asentada entre cerros escalonados que , como describía Estrabón , semejaban las gradas de un ciclópeo anfiteatro .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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