sábado, 31 de octubre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo3 - 17 de abril , lunes - ( 14 )

Eliseoprocedió a la lectura de los datos metereológicos  . El laser del celiómetro no ofrecía dudas : los CB ( cumulonimbus ) , espesos y verticales , viajando a poco más  de 6000 pies ( unos 2000 metros ) , podían acarrearnos dificultades  en el vuelo hacia el mar de Galilea . Según el banco de datos de << Santa Claus >> , estos vientos del Mediterráneo , tan frecuentes y beneficiosos  en palestina  entre los meses  de marzo a mayo , eran imprevisibles . En ocasiones , dependiendo de múltitud de factores  , tomaban dirección sur  : hacia los montes de Judá . Otras escalaban las alturas del actual Líbano , saturándose de humedad en las cumbres nevadas del Hermón y , descendiendo en forma tormentosa , barrían el norte de Israél . Esta última posibilidad podía representar graves riesgos para nuestra misión . El módulo no había sido diseñado para soportar las fuertes turbulencias que , en general , acompañaban a los CB : intensos vientos , granizo , fenómenos eléctricos y engelamiento.
- En una hora - simplificó Eliseo con su habitual pragmatismo -, el rawin verificará la dirección y la fuerza dominantes de los vientos . Esperaremos . Cambio y cierro.
Me pareció excelente . Los cumulonimbus - mejor dicho , nuestro teórico encuentro con ellos - sólo era una lejana contingencia . la vida me ha enseñado a ocuparme de las cosas , una a una y en el momento justo . Y en aquellos instantes , mi único objetivo era dar alcance a los galileos .
Respiré aliviado . El noble pórtico herodiado que rodeaba la << taza >> del Enviado , tamnién conocida entonces como piscina de Siloé , fue una buena referencia . Desde allí al arco de la puerta de la Fuente , en la muralla meridional , apenas si restaban cien o ciento cincuenta pasos .
Pero al doblar la esquina sur de la cisterna , algo frenó mi marcha . A una treintena de metros , difuminados en el claroscuro de la vigilia de la mañana  , distinguí el flamear de unos mantos . Eran cinco hombres  . Descendían rápidos por la pendiente escalonada que moría a las puertas de la ciudad . En una primera ojeadalos confundó con los íntimos de Jesús . Pero no . Sus andares eran distintos . Además m sus túnicas , o chaluk , no aparecían recogidos en la cintura . Lo intempestivo de la hora y el hecho de que llevaran idéntica dirección a la nuestra me hizo desconfiar.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio martinez

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