jueves, 15 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - Las aventuras del autor para encontrar el Diario del Mayor - Israel ( 54 )

Las doce horas . Las estériles pesquisas empezaban a barrenar mi ánimo . ¿ Y si aquel despliegue  resultaba tan baldío como llos anteriores ? ¿ Qué seguridad tenía de que la moneda de plata había sido contemplada y << utilizada >> por el mayor ?
Paso a paso revisé una legión de restos correspondientes a los periodos de Bronce , remontándome , incluso , a centurias tan fuera de lugar como las diecisiete y dieciocho antes de Cristo .
Dejé atrás los vestigios hallados en los estratos del primer período del Hierro y , a eso de las trece horas , los acontecimientos  se precipitaron . Al pisar la sala 309 de las de arqueología  , el correspondiente cuador resumen del segundo período israelita  del Hierro ( 1000 a 586 a.de J.C.)activó mis alertas  . El stater , según los arqueólogos , había sido acuñado hacia el cuatrocientos antes de nuestra era . Estaba , pues , muy cerca del posible objetivo .
Fiel a la táctica de explorar cada sala empezando siempre por la derecha  de la puerta de acceso , fui paseando frente a la primera pared , revisando unas diminutas estatuillas de terracota y una valiosa colección de sellos y monedas . Doblé la esquina y , al iniciar el rastreo de la segunda pared , un hombre y una pequeña  cabeza de arcilla me fulminaron . ¡ Hazor !
Me precipité sobre la pieza . El rótulo explicativo hablaba de Astarte , diosa de la fertilidad , encontrada en las ruinas del tell , de la octava centuria  antes de Cristo . << Claro - me dije a mi mismo - , esta finísima escultura de greda  fue extraída por Yadin en la excavación del IV estrato . >>
¡ Atención ! Sin darme cuenta había penetrado en una sala en la que Hazor podía ocupar un lugar prominente . No me equivocaba  . En el suelo , junto a la mutilada  representación deAstarte , se exhibía un ciclópeo dintel de piedra , utilizando en una de las puertas de la ciudad-fortaleza . Remblé de emoción . Mis sentidos se abrieron a la par , listo para engullir  el más leve de los detalles . Retrocedí junto a la cabeza de la diosa , subyugado por sus ojos  y , en especial , ante la casi imperceptible y burlona sonrisa de sus breves y delicados labios . No se explicarlo . En realidad , ni yo mismo lo entiendo .
Autor : J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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