viernes, 30 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - El Diario del Mayor - 17 de abril, lunes ( 7 )

La monótona y cansina  trituración  trituración concluiría pasada las dos de la madrugada  . Los sudorosos criados  desmontaron las muelas y María  , asistida por el joven Juan Marcos , fue depositando el fruto de la molienda sobre un cedazo , trenzado a base de cerdas , en cuyo aro de madera  había sido suspendido un mugriento saco de hule , capaz para media efa , aproximadamente ; es decir , alrededor de 22 kilos . Cuando la harina hubo llenado la mitad del saco , el benjamín procedió a su cierre , abandonándolo en manos del intendente . A partir de esos momentos , con el sobrante de la molienda , la señora de la casa centró su atención en el amasado y en la cocción de las apetitosas tortas circulares que había tenido oportunidad de degustar en otras ocasiones . Prudentemente , conocedora de su secundario papel entre los hombres , aguardó a que éstos fijaran el momento de la partida . Eran ,  como dije , las cuatro de la madrugada . Entonces intercambió una señal con Elías , su marido , y , de inmediato , la servidumbre comenzó el reparto de las doradas tortas de trigo y de sendos cuencos de arcilla  , con una hirviente ración de leche de cabra . Encantado , el servicial Juan Marcos se ocupó de mi desayuno . Abrió el crujiente pan e , imitando al resto de los comensales , lo roció de aceite . Un espeso y dorado aceite de oliva que impregnó la masa , haciéndola , si caba , más gustosa y digerible .
La colación terminaría pronto . Felipe , en el centro del corro que formaban los galileos , batió palmas , reclamando la atención de los presentes . hasta esos momentos no había tenido oportunidad de asistir a los preparativos y prolrgómenos de uno de aquellos frecuentes viajes del grupo . Cada cual , evidentemente , sabía su cometido . El intendente señaló los bultos y petates que se alineaban al pie de uno de los muros  y , con un lacónico << Vamos allá >> , los animó a ponerse en movimiento . La escena que contemplé a continuación me dejó gratamente sorprendido . A excepción de Felipe y de Judas y Santiago de Alfeo , el resto , en silencio , fue a situarse en la hilera , frente al responsable de la intendencia  y de los referidos gemelos . éstos , bajo la atenta  mirada de felipe , desanudaron dos sacos de cuero y extrajeron de cada uno de ellos un par de sandalias con suelas planas , de madera o hierba prensada , y un calabacín seco , respectivamente
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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