viernes, 30 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - El Diario del Mayor - 17 de abril , lunes ( 8 )

Este últomo aparecía provisto de una larga , negra y desgastada cuerda . En el interior de cada una de las rústicas << cantimploras >> podía escucharse el seco golpeteo de un guijarro . Resultaba desconcertante . A pesar de su continuo e intenso contacto con el rabí de Galilea y de haber sido partícipes de sus abiertas y liberales enseñanzas , aquellos judíos seguían aferrados a muchas de las ancestrales y asfixiantes normas religiosas de la comunidad . Ésta era una de ellas . En una posterior conexión con la << cuna >> , << Santa Claus >> , nuestro ordenador central , me pondría en antecedentes del origen de semejante costumbre.
Según el capítulo XVII ,6, del Sabbath , los caminantes y peregrinos debían proveerse de una de estas calabazas  secas y ahucadas , introduciendo en su interior  una piedra que , amén de hacerlas más pesadas , les permitieran sacar agua de los pozos  , sin necesidad de recurrir a los servicios de hombre y mujer << impuros >>.
Cada hombre amarró su par de sandalias de repuesto al ceñidor  , colgando el calabacín en bandolera  . Terminado el reparto , Felipe reclamó la presencia de Simón , el Zelote , y de Santiago de Zebedeo . Ambos se encargarían  de la pesada lona  que , enrollada alrededor de tres largos y rugosos palos de conífera  , hacía las veces de tienda de campaña . ( En la dramática madrugada del jueves al viernes - como quizá recuerde quien haya seguido estas memorias -, el audaz David Zebedeo ,  jefe de los << correos >> , tuvo la precaución de desmantelar el campamento existente en la finca de Getsemaní , trasladando parte de los enseres al domicilio de Elías marcos . Tamnién la blosa , con los dineros del grupo , fue puesta por David en manos del nuevo y provisional administrador : Mateo , el << publicano >> .)
Durante la primera etapa del viaje - eso deduje de las palabras del intendente -, los gemelos cargarían el odre destinado al agua y el saco de los víveres . El pellejo en cuestión , viejo y embreado hasta la saciedad , tenía una capacidad de 10 bats o jarras - ( Unos 30 o 40 litros . ) La curtida y ennegrecida piel de cabra había sido dotada de un par de correas de cuero , cosidas a los laterales , que facilitaban su manipulación , haciendo más llevadero el transporte .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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