domingo, 25 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - Las aventuras del autor para encontrar el Diario del Mayor - Israel ( 113 )

Contenían mucho más de lo que esperaba  . Fui incapaz de contarlos , pero sé que rebasaban los dos mil folios  . Se hallaban minuciosamente clasificados  , amarrando la narración - eso deduje en una apresurada y saltarina lectura - a una rígida secuencia cronológica  de los sucesos vividos por los protagonistas de la Operación Caballo de Troya . Una operación - en buena hora - que había desafiado todos los límites imaginables .
Bien entrada la noche , muy a pesar mio , tuve que suspender el increible relato del mayor . De pronto , la árida realidad se precipitó sobre mi . Una cuestión - anestesiada por el fragor de la lectura - despertó en mi interior , retorciéndose como una víbora : ¿ Y sí el legado caía en manos judías ?
Me estremecí . Aquella fascinante historia , así como la identidad de los pilotos norteamericanos  que la hicieron posible  , podían interesar - ¡ y de qué forma ! - a los servicios secretos de Israel , tan compenetrados con la Agencia Central de Inteligencia norteamericana ( CIA )
Durante largo rato , con la mente cuarteada por la preocupación , paseé arriba y abajo de la habitación , luchando por dirimir el problema . Era obvio que , en cualquier registro , aquellos paneles atraerían el interés de losa militares o de los servicios de Información israelíes . Había que encontrar una fórmula , un camino , algo que actuara de pantalla , desviando la atención de los << buitres >> .
Y con evidente desatino , apoyaándome en la cita del museo de la Medicina Antigua de Israel , fui gestando un plan << de ataque y defensa >> , tan desabrido como gravemente peligroso .
Esa misma noche , antes de caer rendido , despues de una exhaustiva revisión de la impedimenta , llegué a la conclusión de que sólo había un medio para disfrazar - en la medida de lo posible - aquel ingente material escrito . Su ejecución quedó `pospuesta para la siguiente jornada .
La calle Straus , sede del museo de la Medicina Antigua de Israel , desemboca en la via Hanevi¨im , a poco de veinte o treinta minutos  - a pie - del Moriah . La mañana tibia y azul , invitaba a pasear . Así que , cargado de ilusiones y proyectos , tras un sólido desayuno , me encaminé al lugar de la reunión . En el hotel , la sombra del sabbath había relajado el frenético ir y venir de los turistas  . Por más que curioseé , no tube suerte . El << cara de luna >> y su << amigo >> , el del cabello hirsuto como un césped recién cortado , no se hallaban en el vestíbulo . Al menos no supe localizarlos  .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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