lunes, 26 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - Las aventuras del autor para encontrar el Diario del Mayor - Israel - ( 115 )

No habían transcurrido ni quince minutos  desde el aranque  de dicha visita cuando , al asomarme  a una de las mesas ubicadas en la esquina derecha de la sala , una batería de amuletos de bronce , plara y marfil activó mi maquiavélico ánimo
<< Esto podría servir  ... >> , medité en mi inconsciencia .
La hebrea , complaciente , levantó la cubierta de vidrio , tomando alguna de las antiquísimas reliquias cananeas . Las examiné con fruición , demostrando un exagerado interés por sus orígenes y fundamentos . Ante el ardor  de mis palabras , la guardiana - deseosa de redondear mi visita - se separó un instante de mi lado . Las manos  comenzaron a sudarme .
<< Sí , esto es ... >>
La maquinación echó a andar , incontenible . Pero cuando estaba a punto de materializar  la inocua maniobra , la señora reclamó mi atención . De algún armario había  rescatado una pequeña caja  de cartón blanco que , con devoción , fue a depositar sobre otra de las vitrinas centrales .Desistí por el momento .
Contrariado y hecho un manojo de nervios , me reuní con ella . La caja contenía  docena y media de cartuchos de unos seis o siete centímetros de longitud , numerados a mano . Consulto una lista mecanografiada y pegada a la cara interna de la tapa del recipiente , eligiendo - estimo que intencionadamente - uno de los más antiguos y valiosos : el 15 . Retiró el papel que lo envolvía , poniendo en mis pecadoras manos un estrecho pergamino de casi medio metro de longitud , plagado de caracteres y símbolos hebreos .
- Tiene dos mil años  - sentenció orgullosa -. Creemos que se trata de un amuleto .
La belleza del lechoso y áspero tesoro me cegó . Y sobre la marcha cambié de << objetivo >> . Aquello resultaba más excitante y atractivo . Incluso más fácil de ocultar.
Ante mi insaciable curiosidad , la anciana  - incapaz de traducir el hebreo arcaico - se disculpó , saliendo de la sala . Fueron unos segundos dramáticos . ¿ Qué hacía ? ¿ Me apoderaba del pergamino ? Pero ¿ cómo sustraerlo sin que lo notaran ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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