viernes, 23 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - Las aventuras del autor para encontrar el Diario del Mayor - Israel - ( 98 )

Por más que lo procure , no encuentro palabras para describir el fuego y el vacío que , en forma de nudo gordiano , se enroscaron en mi vientre  al traspasar el umbral del portón . Puede que nadie lo crea : la justa verdad es que mi mente se vino abajo . Me quedé en blanco . ¿ Por dónde empezaba ? Si , realmente , aquél era el sujeto que perseguía  con tanto encono , ¿ qué frase tenía que dirigirle ? ¿ Cómo me presentaba ? Considerando - que quizá sea mucho considerar - que guardara << algo >> para mí , ¿ cómo persuadirle para que me lo entregara ?
Temblando como la llama de una vela , pulsé el timbre . Cinco , diez, quince segundos .... Silencio . Alarmado , insistí con bríos . ¿ Y si no estuviera en Belén ? Dada su condición de guía oficial , todo era posible .
... Veinte , treinta segundos . Llamé por tercera vez . La respuesta fue idéntica . La casa parecía desierta .
<< ¡ Maldita sea ! >>
De la incertidumbre y el pasmo pasé a una rabia sorda . Aquello no era justo .
Fue inútil . Nadie respondió a la media docena de timbrazos . Decepcionado , di media vuelta , parándome  en mitad de la solitaria calle . El momento , negro como boca de lobo , se abatió sobre mí .. Incapaz de reflexionar t decidir , las esperanzas , al igual que la mansa lluvia , se derramaron por el reluciente asfalto .
Pero mi caritativa y buena << estrella >> - aunque no pudiera verla - seguía en lo alto . De improviso , una voz me reclamó desde una ventana  contigua a la casa del desaparecido Marcos . Era una mujer . Lamentablemente sólo hablaba árabe  . Por lógica  comprendí que había escuchado mis llamadas . Pronuncié el nombre de Marcos  lo más despacio posoble  , vocalizando como un párvulo y señalando hacia el domicilio de aquél . La señoran replicó en su lengua  , indicándome , a su vez , el fondo de la calle . Tras unos minutos  de estéril diálogo , se retiró de la ventana , rogándome por señas  que esperase . Al poco retornaba en compañía de un muchacho con el que sí pude hacerme entender . Amable y bien dispuesto , se prestó a acompañarme hasta el local donde , al parecer , se hallaba su vecino y amigo . << Marcos >> - según el joven árabe - estaba trabajando en la puesta a punto de un restaurante . >>
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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