jueves, 22 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - Las aventuras del autor para encontrar el Diario del Mayor - Israel - ( 97 )

El bus se detuvo y , al abrirse la puerta  , descendí sin prisas . Fue cuestión de segundos  . La sorpresa ralentizó la reacción del agente , quien , a duras penas , terminó por bajar . Era lo que yo esperaba  . Su sentido profesional hizo que  , nada más poner los pies en el suelo , me diera la espalda , en un elemental gesto de disimulo . Aquél fue su error  . Antes de que alcanzara a comprender , salté como un gato sobre el descansillo de la puerta central , justo en el momento en que un bronco rugido tiraba del bus . La doble hoja me aprisionó , pero , segundos después , lograba rechazar el sistema hidráulico , liberándome . El << cara de luna >> , desarmado , no se movió . Ni siquiera hizo un mal gesto . Los que también quedaron atónitos fueron los pasajeros  más próximos , que no terminaban de entender mi extraño comportamiento . La mayoría , quiero suponer , lo atribuyó a un error a la hora de identificar la parada .
Un kilómetro más adelante abandonaba  definitivamente el salvador bus , perdiéndome en la noche  . Esta vez había ganado . Pero ¿ y la siguiente ? La pequeña peripecia , aunque me hubiera regalado la libertad de acción , podía provocar consecuencias imprevisibles . Ahora , << ellos >> sabían que yo también lo << sabía  >> .... Mal asunto.
De todas formas , pasase lo que pasase , no tenía intención de desperdiciar mi temporal ventaja . Tomé un taxi y , cuarenta minutos despues  , descendía frente a la basílica de la  Natividad , en Belén . Me aposté en una de las puertas del templo , dispuestoa comprobar si el familiar Mercedes , o cualquier otro vehículo sospechoso , hacían acto de presencia en la explanada . A la media hora , convencido de que no era así , requerí los servicios de un taxista belenita , que me condujo con precisión al domicilio que obraba en mi poder y que , según la Oficina de Turismo de Israel , pertenecía al guía y supuesto amigo del mayor : Marcos Gabriyeh.
La suerte estaba echada . Ahora , frente a aquella casa de una planta , el mar de dudas que me golpeaba se encrespó . ¿ Había elegido el buen camino ?
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez

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