domingo, 25 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - Las aventuras del autor para encontrar el Diario del Mayor - Israel - ( 109 )

Mis palabras , atropellándose unas a otras , le hicieron sonreir  . Asintió con la cabeza  , cerrando mis dedos  en torno a la fría  y diminuta llave plateado .
- Esto es ...
Aquellos dos vocablos golpearon la austeridad de la sala . No podía creerlo . No podía ...
Acaricié la tela , sin atreverme a palpar . Una cremallera y un candado , casi de juguete  , cerraban la valija .
Miré a Marcos . Mis ojos , más elocuentes que las escasas y desperdigadas frases que acerté a construir , le gritaron << Gracias >>
Hice ademán de abrirla . Contundente , el guía me detuvo .
- Por favor - rogó con firmeza -. Han sido siete años  de fidelidad  a nuestro común amigo .... Prefiero ignarar el contenido .
Fui yo quien , en esta ocasión , asintió en silencio . Un espiniso bolo cuajó en mi garganta  y todo mi ser fue vapuleado . Mi admiración no tuvo límites .
Ante el mudo franciscano , Marcos me obligó a tomar asiento y , dando un giro de 180 grados a su tono , lanzó algo que me dejó perplejo y que , con el paso del tiempo , terminé por aceptar -
- Y ahora , escúchame bien . Por tu propia seguridad , y por la mía , ¡ yo no sé na-da ! ¡ Na-da !
Su mirada , inexplicablemente encendida , remarcó elénfasis de la palabra << nada >>
- Nunca conocí al mayor . Nunca me dio na-da . Nunca te entregué na-da . Sé que lo entenderas . Si alguien me pregunta , me encogeré de hombros . No puedo negar que te conozco . Pero sólo seras un periodista en busca de emociones  e historias fantásticas . ¿ Comprendido ?
La dureza de las aseveraciones se reflejó en mi rostro . Y mi amigo , peleando consigo mismo , me dio la espalda , yendo a sentarse al otro extremo de la cámara .
Minutos más tarde , envueltos en una silenciosa y embarazosa espera , consultó su reloj , indicando que debíamos actuar . Cruzamos el sector cristiano de la basílica  , accediendo al exterior por la fachada opuesta a la explanada .. Desde allí , por un tortuoso laberinto de callejuelas sin aceras , el guía  y el auténtico franciscano me escoltaron hasta una oficina de viajes . Marcos y yo habíamos convenido que mi partida de Israel debía ser fulminante .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez

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