viernes, 30 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - El Diario del Mayor - 17 de abril , lunes ( 4 )

Minutos más tarde , alertados por el discípulo , la familia y servidumbre de Marcos irrumpía en tropel en la sala , uniéndose a la barahúnda . Los gritos , preguntas , cánticos , palmas y risas se prolongaron durante más de media hora . Poco a poco , Elías , Simón Pedro y Santiago lograron apaciguar los ánimos , haciendo ver a sus compañeros  que el tiempo apremiaba . Si deseaban ejecutar la orden del Maestro , y partir lo antes posible hacia galilea , era menester poner manos a la obra . El viaje hacia el mar de Tiberíades era largo y los preparativos se habían visto interrumpidos una y otra vez.
hacia las ocho , la casi totalidad de los íntimos de Jesús habían descendido al espacioso patio a cielo abierto . Y allí , en torno al fuego , mientras felipe , el intendente , se afanaba con los gemelos enla puesta a punto de la impedimenta , el resto - recompuesto el talante - dedicó buenaparte dem las dos primeras vigilias  ( la noche y medianoche )a examinar su situación . A pesar de la euforia  , eran conscientes de su delicada posición frente a la casta sacerdotal que había perseguido y crucuficado al rabí . Andrés , prudente y receloso , recordó las preocupantes noticias traídas una semana antes por José de Arimatea  . Las medidas promulgadas por Caifás , el sumo sacerdote , y sus secuaces en la noche del domingo anterior continiaban en vigor . << Aquellos que se atrevieran a proclamar la vuelta a la vida de Jesús de Nazaret serían expulsados  de las sinagogas . >> La segunda de estas medidas - que según los confidentes del anciano sanedrita no pudo ser sometida a votación - especificaba que << todo aquel que declararse haber visto o hablado con el Resucitado podría ser condenado a muerte >>
A pesar de la fuerza moral que evidentemante , les había inyectado la presencia del Maestro , aquellos galileos , sabedores del odio y del poder de la clase dirigente judía , se enzarzaron en una nueva y agria polémica . Pedro , fogoso e irreflexivo como siempre , llevó su mano izquierda a la empuñadura de la espada  , aregándolos para que se sepultaran los viejos temores y se lanzaran ala  calle  , anunciando la buena nueva . La mayoría rechazó la peligrosa y prematura sugerencia de Simón . Ciertamente aquellos siete días de silencio y total ocultamiento por parte de los discípulos habían calmado el furor de los sanedritas.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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