viernes, 25 de marzo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - El Diario , ( 14 )

La tercera inspección tampoco arrojó cambios de importancia . Unas medidas algo menores - elredecor de dos metros de profundidad por otros tantos de diámetro -, un enlucido verde y lo único que despertó mi atención : varios sacos mal apilados en el fondo , supuestamente como cereal , dos canastas de regular tamaño , confeccionadas cono hojas de palma y repletas de piedras y una sandalia aparentemente abandonada .
El contenido del silo - en especial las piedras - me confundió . Y durante unos instantes continué arrodillado , con medio cuerpo vencido sobre el boquete  , tratando de pensar .
- Te lo advertí - me abordó el criado , sacándome de mis reflexiones -. Son ciegos .
Guardé silencio sobre lo que tenía a la vista , sin caer en la cuenta de un casi insignificante detalle : mi amigo , el esclavo , había inspeccionado conmigo los dos primeros silos . En este último , en cambio , se mantuvo sentado , sin asomarse . Mi error - mi grave error - fue no hacer un solo comentario sobre el cargamento depositado en el pozo. En parte porque imaginé que se hallaba  al corriente del mismo . Y decepcionado ante la ausencia de lo que verdaderamente interesaba - un escape -, olvidé momentáneamente el asunto , centrándome en lo poco que restaba por explorar .
David , humillado , no se movió . Continuó sentado , con el rostro hundido entre las rodillas . No supe qué hacer ni qué decir . La incursión , de momento , era un fracaso . Sin embargo , los recientes terrores no resucitaron . A pesar de lo amargo de la situación , una dulce e inesperada melancolía fue desalojando angustía y miedo . ¿ Era el principio del fin ? ¿ Me estaba resignando ? ¿ Daba por cierto que no había esperanza ?
Tampoco hoy me explico aquella extraña sensación , mezcla de paz y vaga tristeza . Pero lo agradecí .
Al final de la cuarta pared , a corta distancia de los silos , fui a tropezar con los restos de un pequeño horno doméstico , semiempotrado en la roca . La cara frontal , construida en ladrillo , presentaba una abertura de un metro , con un enlosado de piedras basálticas . Una espesa capa de polvo que cubría los negros y reducidos cantos volcánicos me indicó que se hallaba en desuso desde hacía tiempo. La caverna - o al menos aquella última oquedad - no parecía muy frecuentada . El deteriorado horno fue la confirmación final.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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