lunes, 28 de marzo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - El Diario ( 28 )

Allí estaban los restantes signos de su cirrosis : la acusada demacración muscular , el enrojecimiento palmar , la asciti o acumulación de líquido en la cavidad abdominal y , sobre todo , los nevos << en araña >> en manos y mejillas  ( vasos dilatados que se disponen en forma radial , como las patas de las arañas ).
¿ Que había sucedido ?
No me atreví a interrogar al rubio y desencajado cuñado de Santiago . Tampoco él cruzó palabra alguna . Pero empecé a sospechar cuál podía  ser la raiz de tan extrema actitud .
El pie derecho del habitualmente  tímido y reservado amigo de la infancia de Jesús siguió aplastando el abultado vientre del sacerdote . Y el hierro , implacable , continuó hundido en el cuello del aterrorizado viejo . La blanca y antaño impecable  túnica  de lino del jefe  del consejo aparecía con la manga izquierda desgarrada y la faja suelta y en desorden . Evidentemente , el saduceo había ofrecido resistencia .
Di por hecho que la intención de Jacobo no era ejecutar al humillado enemigo de la familia  . Las pariencias indicaban que se estaba limitando a inmovilizarle . E Ismael , acusando el filo del gladius , en un gesto instintivo , llevó las manos a la espada , tratando de contener la presión.
- ¡ Bas... bas ... tardo ! - tartamudeó el colérico albañil , lanzando una amenaza que obligó a la víbora a reconsederar su audacia -. ¡ Con.. concédeme el placer de... de ... de liberar a mi ... a mi ... a mi pueblo ... de tu .. tu ... tu sucia presencia !
Estaba claro que el yerno de la Señora no se habría atrevido a maquinar en solitario aquella casi suicida irrupción en los dominios del máximo representante de la ley. Y no estimando oportuno someterle a las lógicas preguntas - mucho menos en presencia del saduceo - opté por revisar el lugar con la esperanza de aclarar el enigma .
Y al punto reparé en una de las paredes . Entre las láminas de bronce destacaba el negro y estrecho redtángulo de la puerta secreta , abierta , por la que David y yo habíamos cruzado esa misma mañana . Las piezas seguían encajando.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto