sábado, 26 de marzo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - El Diario ( 21 )

Pero la imperiosa necesidad  de cancelar aquella tortura fue más fuerte que el instinto . Y haciendo caso omiso de las sensatas  advertencias  del sirviente  - sacando fuerzas de ningún sitio -, arranqué la tea y me arrodillé sobre el podrido maderamen .
Silencio.
Los dedos , cautelosos  , se aproximaron a una de las rendijas .
El fuego , a una cuarta del entablado , acusó una recia y preciosa corriente de aire .
Me envalentoné .
De haberse tratado de otro silo ciego y sin escape la flama no habría protestado .
¿ Y el animal ? ¿ Por qué había enmudecido ? Mi proximidad era obvia . ¿ Aguardaba a que franqueara el agujero para atacar?
Y el tenso silencio - como un aviso - me traspasó hasta las entrañas .
Acaricié la trampilla . Deslicé las yemas de los dedos por una de las brechas y , conteniendo la respiración , tiré de la tabla con violencia .
Silencio .
Y el sudor , un tren de escalofríos y el miedo se asomaron conmigo a las tinieblas de la sima .
Ahora , en la distancia , entiendo y compadezco al pobre e indefenso Jasón . La obsesión por aquel animal o animales me renía  ofuscado . Y bregando con la oscuridad , en un desesperado empeño por localizarlo , caí en un nuevo error . Fui a descargar la casi totalidad del peso de mi cuerpo en la mano izquierda  , firmemente asentada sobre la trampilla  . La negrura era absoluta . Me removí inquieto . oscilando hacia uno y otro lado , pendiente del menor ruido o movimiento.
¡ Allí estaba !...
Creí distinguir una sombra informe , de gran tamaño , agitándose y gruñendo.
Me descompuse.
Y el instinto tiró de mí . Aún estaba a tiempo de escapar . Pero quise cercionarme . Segundo error.
Introduje la llama  por la estrecha abertura , volcándome materialmente sobre las míseras maderas.
A partir de esos momentos , todo fue confusión . Mis recuerdos no están muy claros .
El descompuesto entablado - vencido por mis ochenta kilos - cedió de improviso y con estrépito.
Traté de reaccionar . Imposible .
La antorcha escapó e , impotente , me precipite al vacío.
Y de aquel dramático segundo sólo viene a mi memoria el grito de terror de David .
 Autor : J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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