miércoles, 30 de marzo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - El Diario ( 35 )

Eché un vistazo a la puerta y , seguro de que el grupo se alejaba ya del edificio , apunté al cráneo del indeciso energúmeno . Y una descarga de veintiún hertz fua a traspasarle , alterando el aparato << vestibular >> , responsable de la percepción de sensaciones y de la permanente información soble la posición del cuerpo y la cabeza en el espacio . Las ondas ultrasónicas , de naturaleza mecánica y cuya frecuencia se encuentra  por encima de los límites de la audición humana ( superior a los dieciocho mil hertz , invadieron el oído interno  del matón , bloqueando , el conducto semicircular menbranoso . Y perdido el control , con los ojos desorbitados , fue a rodar por el pavimento.
El sacerdote , sin comprender lo ocurrido , miró atónito al inconsciente Judá . Después , alzando el rostro hacia las vigas de la techumbre , indagó sin éxito . Y quien esto escribe esperó impertérrito .
Respondí a su miedo supersticioso con una fría y calculadora mirada  mirada . Algo debió de intuir y , cambiando los papeles , con una notable teatralidad , cayó de rodillas . Y reptando , implorando clemencia , fue aproximándose . Pero sólo obtuvo justicia .
Y un segundo << cilindro >> infrarrojo , protegiendo los ultrasonidos , partió del cayado , haciendo blanco en la calva de aquel miserable . Y en centésimas de segundo se desplomó .
Aunque de naturaleza inocua , el dispositivo de defensa garantizaba la inmovilización durante varios minutos .
Y satisfecho di por zanjada mi pequeña y personal << venganza >> .
Y dispuesto a retirarme , con el propósito de alcanzar , algo me retuvo . Fui a inclinarme  sobre el exámine Judá y , en efecto , comprobé que no habia errado .
¡ Las sandalias << electrónicas >>!
Aquel miserable , conociendo mi encarcelamiento en la gruta , no dudó en apoderarse de ellas , calzándolas .
Me apresuré a desatarlas y , mientras arrollaba  y anudaba  las tiras de cuero de vaca a las canillas de mis piernas  , una lógica presunción me arrastró a registrar el resto del cuerpo.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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