jueves, 31 de marzo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - El Diario ( 39 )

Pero el súbito impulso duraría poco . Una voz  , al otro lado de la madera , echó por tierra las endebles intenciones .
Y a respuesta de David , el paso fue franqueado . El sirviente , ajeno a mis reflexiones , descalzandose , penetró en la penumbra , dando por hecho que le seguía . Sin embargo dudé . Y fue el gesto de Santiago , haciendo señas para que apremiara , lo que terminó rindiéndome .
Y al salvar el alto peldaño me vi enfrentado a un nuevo << manicomio >>.
La familia , casi al completo , en pie alrededor de la mesa de piedra , se hallaba embarcada en una de aquellas ya habituales trifulcas , en la que todos gritaban a un tiempo , pisándose argumentos e improperios . Una lámpara de aceite en el centro de la rueda de molino que hacía de mesa asistía asustada , agitándose a cada ir venir de los gesticulantes hermanos . Faltaban Rebeca y Esta , la esposa de Santiago
Paseé la vista , buscando a María , la Señora  . Y la hallé a mi izquierda  ( sigo tomando como referencia  la puerta de acceso a la vivienda ), en la plataforma  elevada  que servía de cocina y dormitorio , acurrucada junto al fogón . Era la única que no discutía  . Otra lucerna  , a sus pies  , clareaba los altos pómulos  y los negros y sedosos cabellos recogidos en la nuca . Tenía  los ojos fijos en la contienda . Parecia asustada .
Y al verme , incorporándose con dificultad , trató de caminar hacia los escalones  que aliviaban el descenso hacia la estancia  en la que me encontraba . Pero su rodilla derecha se resintió , haciéndola tambalear. Me apresuré a salir a su encuentro , asistiéndola .
- ¡ Jasón !...
Aquel tierno abrazo y el bellisimo verde hierba  de sus almendrados ojos me hicieron olvidar disgustos y desatinos .
- ¿ Estás bien ? ... ¿ Qué ha ocurrido ? ... ¿ Qué tienes ahí ?
Era la primera persona , con excepción de David , que se interesaba por el estado de este maltrecho explorador . Y también fue ésta la primera ocasión en la que - gracias a la compasiba señora - pude aliviar el hematoma subcutaneo que deformaba mi frente y que había llamado su atención.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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