miércoles, 9 de marzo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 57 )

Cuando al fin aceptó hablar conmigo supo escucharme  . Y desde el primer momento , desde que mis labios le confesaron mi amor , supe que todo era inútil . Él tenía diecinueve años . Yo , diecisieta . Y con una seguridad que sólo contribuyó a multiplcar mis sentimentos hacia Él  agradeció mi valor y sinceridad , explicándome que primero eran los suyos . Me defendí y , estúpida de mí , le exigí el nombre de mi rival ... - María sonrió con benevolencia -... Jesús ( yo lo sabía ) no sentía predilección por ninguna de nosotras . Su trato siempre fue correcto . Sus deferencias hacia unos y otras eran escasas . Pero una mujer herida es imprevisible . Y yo , lo confieso , cometí la torpeza de preguntar por su secreta enamorada .
- ¿ Y qué respondió ?
- ¿ No lo imaginas ? Se puso serio y me habló de algo que , en aquel entonces , me crispó los nervios : de su Padre de los cielos . << Por encima del amor que profeso a mi madre y hermanos ( manifestó ) está mi inexpugnable deseo de cumplir la voluntad de " Abba".>>
Rebeca , cuya bravura hubiera hacho palidecer a la Señora , se vació -. ¡ Su << Abba >> ! ¡ Aquel tonto prefería  a su Padre ! Años más tarde  , al seguirle , comprendí que la tonta era yo ... Pero , Jasón , ¿ qué quieres  ? A los diecisiete años y perdidamente enamorada era difícil entender  . Sin embargo , con una paciencia infinita  , aguardó a que me calmara . Y siguió hablandome de su Padre  Azul y del posible destino que le esperaba  . No te mentiré  . Al principio me costó creerle . Y rabiosa le propuse algo de lo que mamá María ya estaba al tanto : aceptaba ser la esposa del Mesías . Un hombre poderoso , intrépido y predestinado necesitaba a su lado una mujer leal y valiente . Pero Él , negando con la cabeza , me desarmó : << Más adelante lo comprenderás . Ahora , Rebeca , acepta la verdad . Me siento alagado . Y esto ( puedes estar segura ) me da valor y me ayudará en todos los días de mi vida . >>
>> Y astuta , a punto de perder la batalla , eché mano de mi última arma : las lágrimas . Jesús no dijo nada . Se mantuvo firme . Y yo , derrotada , supe que todo había terminado ..., sin empezar . Pero , a pesar de mi dolor , he sido afortunada ---- Y el celeste de su mirada  se sublimó . Y la verdad habló por ella - : Yo , Rebeca , hija de Ezra , he amado al Hombre más grande de la Tierra .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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