viernes, 18 de marzo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 27 de abril , jueves ( 3 )

Jacobo me explicó que debía aguardar en compaqñía de su cuñada  . El menguado calibre del túnel - elrededor de sesenta centímetros - obligaba a penetrarlo a gatas . Mi presencia  , amén de innecesaria , hubiera sido un estorbo . Y ciñendose la Túnica  a los lomos  se adentró  con decisión en la axfisiante << tubería >>. Las aclaraciones de la mujer me proporcionaron  una idea de dicha inspección . El boquete que tenía ante mí , horadado en la roca , llevaba a un depósito natural en el que se almacenaba el agua de lluvia . El brocal se hallaba  en superficie  , a corta distancia del muro norte de la casa  . Si las precipitaciones  eran copiosas  y continuadas , el nivel podía subir  haciendo peligrar las provisiones del silo . Para evitarlo dastaba con clausurar el extremo del pasadizo con una trampilla , dejando que el agua  corriera libre por cualquiera de los dos ramales  que perforaban igualmente el subsuelo , partiendo de este canal principal . Como han puesto de manifiesto las modernas excavaciones arqueológicas , la secreta y trogoldítica  Nazaret era un diabólico laberinto de túneles  y contratúneles  . Según Esta , los aliviaderos  en cuestión conducían a su vez a otros silos y cavernas - La mayoría abandonados y repletos de ratas - y éstos a otros . De esta forma , si alguien tiviera el coraje suficiente  para aventirarse en aquella tela de araña  de cuevas , podía entrar por un extremo del pueblo y salir por el opuesto . Suponiendo , claro está , que no pereciese en el loco intento..
Al asomarme a la boca del túnel , algunos esporádicos  y lejanos reflejos amarillentos en las húmedas paredes me dieron a entender  que el audaz albañil debía hallarse ya sobre su objetivo . Pero la tenebrosidad del corredor  era tal que no acerté  a distinguir las formas de Jacobo . Ante mis dudas , la esposa de Santiago aclaró que - aunque ella jamás había pasado del silo -, según los hombres , la << tubería >> hacía un codo , dobándose hacia la derecha  . En ese segundo pasadizo se abrían otros dos o tres conductos . Pues bien , una de ellos llevaba directamente a la cisterna .
Y esperamos . Con medio cuerpo en el interior del corredor  me esforcé por distinguir algún sonido familiar . La escasa ventilación me trajo un pútrido alor , mezcla de humedad y excrementos de ratas . Y como ñunica referencia , el ya mencionado martilleo de los ríos  de lluvia cayendo en el pozo .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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