martes, 10 de noviembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 3 - 19 de abril , miércoles ( 2 )

Prescindimos de las chlamys . Tan agradable climatología y lo engorroso de tales mantos - todo hay que decirlo - no hacían necesario no aconsejable su uso .
Y una vez modificado el alcance de los sensores de radiación infrarroja  - prolongando su radio de acción hasta los 300 pies -, mi compañero cargó una bolsa de hule  con el instrumental que , según nuestros calculos , podíamos necesitar en la inminente exploración . Y lenta y parsimoniosamente , como si en ello la fuera la vida , descendió hacia la laja de piedra . Le seguí con curiosidad . Aquél , en efecto , era su primer contacto directo con la Palestina de Jesús . Un Jesús de Nazaret a quien no había tenido la fortuna de contemplar cara a cara . Yo lo sabía . Conocía bien sus inquietudes y su acariciado sueño y allí mismo , bajo la << cuna >> , supliqué a los cielos para que esa oportunidad no se malograra . Ninguno de los dos imaginábamos entonces lo cerca que estábamos de tan crucial y decisivo encuentro..
Al igual que sucediera conmigo en la segunda salida , Eliseo , durante unos instantes , permaneció mudo . La belleza de la verdeante y perfumada colina no era para menos . Paseó la vista a su alrededor y , dejándose arrastrar por uno de sus impulsos , clavó la rodilla derecha en tierra , arrancando un húmedo manojo de hierbas y flores . Lo llevó hasta los labios y , entornando los ojos , lo besó . Después , sonriéndome , pareció excusarse por aquel gesto que , quizá , yo podía interpretar como algon pueril . No fueron ésos mis pensamientos . Al contrario . Emocionado ante la sensibilidad y cristalina transpariencia de su corazón , le correspondí con la mejor y más elocuentes de mis sonrisas .
L punto , nada más separarnos  de la invisible  << cuna >> , la << cabeza de cerilla >> alojada en mi oído derecho comenzó a pulsar . Era la señal previamente establecida  . << Santa Claus >> , según lo programado , había iniciado la emisión de una serie de impulsos  electromagnéticos de 0,0001385 segundos cada uno , perfectamente audible  a traves de la conexión auditiva  . El dispositivo no era otra cosa que un reajuste  del escudo protector IR .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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