viernes, 13 de noviembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 3 - 19 de abril, miercoles ( 18 )

Por puro formulismo prometí volver y adquirir algunas piezas . No podía sospechas entonces que mi visita al taller de Azemilkos se produciría al dis siguiente y por razones totalmete ajenas al puro placer de comprar . Pero sigamos con el desarrollo de aquella jornada , tan rica en sorpresas e imprevistos .
La arteria principal de Nahum desembocaba perpendicularmente al puerto , dividiéndolo prácticamente en dos . Al pisar el negro y encharcado enlosado del muelle ( de unos 15 metros de anchura ) , la inicial sensación de agobio y confusión se multiplicó . Si el centro urbano era un hervidero de gentes y animales , aquel espigón - de unos 700 metros de longitud - no le iba a la zaga . Decenas de cargadores  semidesnudos , sudorosos  y encorvados bajo el peso de abultados fardos y tinajas , yban y venían desde los diez o quince atraques , soltando las cargas al pie de las caballerías o de pesadas carretas de dos y cuatro ruedas , tiradas por bueyes rojizos y de gran alzada . Otros , siempre bajo la atenta mirada y los látigos de cuero de los capataces , hacían el camino contrario , depositando las mercancias en los terraplenes perpendiculares al espigón o descendiendo tambaleantes por los húmedos y resbaladizos peldaños practicados en las paredes laterales  de dichos  terraplenes , abandonando ánforas , toneles o cajas en el fondo de las embarcaciones . Un viento del oeste , de cierta intensidad , empezó a soplar sobre el lago , levantando pequellas olas que hacían cabecear las lanchas . No llegué a contarlas , pero seguramente sumaban más de cincuenta . La mayoría , entre diez y quince metros de eslora , parecía destinada al transporte de pasajeros y carga . Las había de colores vivos - rojas , azules y blancas - o sencillamente empecinadas , con unas proas afiladas y un calado escaso .Ánforas de todos los calibres , pellejos de cabra , sacos , jaulas con palomas  y hasta corderos eran rescatados  o almacenados  en sus bodegas por aquella tropa  de escuálidos y dóciles  porteadores  , en su mayoría  esclavos y am-ha-arez : la escoria del pueblo ( Aunque la palabra significaba  << el pueblo de la tierra >> , con el paso del tiempo , el término am-ha-arez había adquirido un tinte peyorativo , permanentemente alimentado por el odio y las  insidias de los rabies y de las castas sacerdotales .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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